A lo largo de tu vida estudiantil te encontrarás con muchos tipos de profesores. Desde el barco que te pasa nada más por comprarle un six de chelas, hasta el que es mega exigente y te pide kilos de tarea ¡no te asustes! todos pasamos por esto y sobrevivimos. Para que te pongas abusado y exijas lo que necesitas para tu educación te compartimos las 7 características de un buen profesor.
Sabiduría que ayuda: En México un millón 599 mil 727 docentes. De cada 100 de estos, 62 son mujeres y 38 son hombres. INEGI
Se cree que la docencia es una de las profesiones más sencillas. Todo lo contrario, para poder ejercerla se debe de tener muchísima pasión, entrega, pero sobre todo corazón para enseñar y transmitir el hambre del conocimiento a los alumnos. Especialmente en la secundaria y en la preparatoria, etapas que son fundamentales para la formación de los chavos.
Seguramente recuerdas a algún profe con mucho cariño. Es muy probable que haya tenido alguna de estas 7 características.
7 características de un buen profesor
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Mente abierta
Cuando los profes son ya muy ruquitos o llevan bastante tiempo ejerciendo la profesión, es probable que esta cualidad no la tengan tan desarrollada. Con mente abierta nos referimos a que debe de estar súper accesible a escuchar, recibir nuevas ideas y adaptarse a ellas sin juzgar, ni tomarse la onda personal.
Todos los días se aprenden cosas nuevas, eso también aplica para los adultos.
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Paciente
No existen dos personas iguales, ni con las mismas cualidades sobre este planeta tierra. Cada alumno es diferente, y es chamba del profe ser tolerante, respetar los ritmos de trabajo de cada alumno. Es normal que existan niños que les cueste más adquirir el conocimiento, y también con los que como esponjitas lo absorben de volada y necesitan de más aprendizaje, de inmediato.
El docente debe de aprender a observar las necesidades de cada uno y alimentarlas 🙂
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Nuevas herramientas
Los chavos de hoy en día, vienen cañones. Es por esto que los profesores deben de estar actualizados, contar con nuevas herramientas para atraer y mantener la atención del alumnado.
Su misión: transmitir el conocimiento y sembrar la semillita de la curiosidad.
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Mucha comunicación
No solo tiene que establecer una excelente comunicación con los chavos (emisor-receptor). Debe de aprender a traducir las inquietudes de los adolescentes y procurar despejar las dudas.
De igual manera fuera del aula se encontrará en constante comunicación con los padres de familia y otros profesores.
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Flexible
Y no nos referimos a que pueda hacer vueltas de carro o gimnasia, más bien, que debe de tener la habilidad de poder adaptar las clases a las necesidades del grupo. Si un tema no les queda tan claro, estructurar plan b,c,d,e, hasta que no exista ninguna duda.
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Empático
Ser simpático, pero sobre todo empático (ponerse en los zapatos del otro) lo ayudará a estar al mismo nivel que sus alumnos.
Curiosamente a los profesores que más recuerdo (los cuento con los dedos de una mano) son los que demostraron ser empáticos, preocuparse por mis dudas y ayudarme a resolverlas.
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Abanico de posibilidades
Un buen profesor te dará la teoría como base, pero de hay partirá para darte un gran abanico lleno de posibilidades ¿la intensión? hacerte reflexionar, pensar en las posibles soluciones y no darte las respuestas “peladitas y en la boca”.
La mejor solución es la que tú elegiste. 😉
La lista podría seguir y volverse interminable, pero lo que queremos transmitirte es que los profesores que han participado en tu formación hasta ahora han dado lo que está en sus manos para que adquieras el aprendizaje de la mejor manera posible.
Estar enfrente de 32 adolescentes inquietos, que están encontrándose no es tarea sencilla. Es un trabajo arduo de paciencia, estudio, pero sobre todo mucha tolerancia.
Así que la próxima vez que estés muy enojado por una mala calificación, respira y abraza a tu profe más cercano.
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