Aprendamos a amar la guerra

Javier Garrido

«Cuando me preguntaron por la mejor arma para combatir la bomba atómica, yo dije: la paz.»

Albert Einstein.

Javier GarridoLa Guerra es un arte suprema. ascender a esta resolución implica una aceptación, una pasión y una fascinación al conocimiento expansivo, porque considero que esa es la mayor virtud del conocimiento el expandirnos; llevarnos de los temores a la seguridad y hacernos mejores.

La guerra es un ente intangible que toma forma desde manifestaciones pequeñas hasta las espectaculares que podamos apreciar, tan importante es, que dicta mucho en el colectivo humano de nuestros días.

La guerra es mucho más que violencia desmedida. Aunque es imposible no notar que tiene mucha relación, pero en ella debe existir equilibrio y reglas que durante muchos años se han estado estudiando. Todas ellas aplicables a la vida cotidiana.

Podemos mencionar a Sun Tzu, Aníbal Abarca, Alejandro Magno, Julio Cesar, Escipion el africano, Napoleón, Carlo Magno, Hernán Cortes, Adolf Hitler, Saladino, Genghis Khan, Maquiavelo, Mao Tse Tung, George Patton, y aseguro que el mundo de hoy tomó los rumbos que conocemos por las acciones que cada uno de ellos tomo e influenció con la aplicación de su voluntad. Ninguno de estos nombres puede pasar desapercibido o ignorado, tal vez sí bastante criticados si no se ha podido superar su historia y aprender de su lección.

La Guerra hace parir a los guerreros, a esos hombres y mujeres que hacen notar la esencia y la importancia del combate, pero eso no es importante en una educación como la que se recibe a diario en un país como el nuestro.

No es políticamente útil y aplicable la educación marcial. No es socialmente aceptable decir que estamos a favor de la guerra, la lucha o la pelea; porque eso denota la barbarie y se presume que somos seres racionales y evolucionados en esta nuestra sociedad.

Ahora se ha lubricado con un bálsamo de humanidad a las sociedades, dando publicidad a todo aquello que se toma como positivo de esta palabra. Ignorando la parte negativa y complementaria de la misma. –HUMANIDAD-

El más plausible de los movimientos de la guerra es someter al enemigo sin luchar y eso es lo que se ha estado realizando con las grandes multitudes, enseñándonos a consumir y necesitar, creando necesidades y entretenimientos que nos mantienen alejados de objetivos mayores. Todo esto podría ser tan correcto. Esta presunción de democracias políticas y formas pacificas de sociedades civilizadas. Si los intereses fueran sanos y objetivos, pero en realidad son movimientos articulados de control. Llevando mucho para unos pocos y lo sobrante para las mayorías, lo que nos da el resultado de la vida que hoy conocemos.

La concepción de una forma de poder cupulado. Ese es el resultado, una forma de poder que incentiva a quienes alimentan el desuso de los verdaderos valores.

Por ello es que considero importante volver a invocar nuestras raíces guerreras y conducir nuestro ímpetu belicoso, ensayar la guerra y conocerla a fondo, aprender de ella como una experiencia constante, no como una historia que es narrada por terceros.

A la guerra se le debe abrazar con fuerza y aprenderle mientras se le domina, a través de la seducción. Debemos aprender a negociar más que a exigir o mendigar. Debemos de saber ser más inteligentes e instintivos que la guerra misma.

¿Y cómo podremos lograrlo?

Practicando así es como se llega a ser un maestro en cualquier arte. Practiquemos a ver y vivir la guerra en nuestros días.

Sé que la vida es guerra, cuando veo por ejemplo: la belleza de la escultura del David, porque es bien conocida la historia que del maestro Miguel Ángel Buanarotti se presume en su encuentro con Piero soderini y aun podemos ver la puntiaguda nariz del David como resultado de aquel triunfo.

Allí el más claro ejemplo del porque es importante el conocimiento de la guerra.

Porque la belleza se defiende, porque la bondad se defiende, el amor se defiende y la paz y la familia y todo lo que nos es importante se deben defender y nutrir pero solo a través del conocimiento y no del aislamiento o la reclusión de esas formas.

Amemos la guerra porque esa es la mejor estrategia

El hombre es un Dios y Dios es la mejor arma.

Javier Garrido

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