Bullying, qué lo propicia y cómo manejarlo

Ximena Sandino

Ximena SandinoMás allá de las definiciones, el bullying es el maltrato físico y/o psicológico deliberado y continuado que recibe un niño por parte de otro u otros, que se comportan con él cruelmente con el objetivo de someterlo y asustarlo.

El bullying implica una repetición continuada de las burlas o agresiones y llegan a provocar la exclusión social de la víctima, incluye conductas de diversa naturaleza, burlas, amenazas, agresiones físicas, aislamiento entre otras y causa problemas que se repiten y prolongan durante cierto tiempo.

Por lo general es provocado por un alumno, apoyado por un grupo, contra una víctima que se encuentra indefensa.

El principal factor que permite la existencia y la prevalencia del Bullying es sin duda la ignorancia y la pasividad de las personas que rodean a los agresores y a las víctimas y que hacen nada para evitarlo.

Las víctimas desarrollan miedo y rechazo al contexto en el que sufren la agresión, en este caso la escuela que es donde pasan la mayor parte del tiempo. Pierden la confianza en sí mismos y en los demás, pierden autoestima y por supuesto esto impacta directamente en el rendimiento escolar.

Un niño en estas condiciones tiene menos capacidad de comprensión moral y se refuerza la idea de un estilo violento de interacción con los demás.

Los que son espectadores y no actúan es porque que parecen acostumbrarse a observar la violencia sin hacer nada para evitarla, esto implica falta de sensibilidad, apatía y poca solidaridad.

Al final del día, el Bullying deteriora la calidad de vida del entorno en el que se produce: dificulta el logro de objetivos, aumenta los problemas y la tensión.

Hay muchos tipos de Bullying y la mayor parte de las veces se presentan de forma simultánea. Desde el físico, empujones, patadas, agresiones con objetos, es más frecuente en primaria que en secundaria.

El verbal, insultos y apodos ofensivos, menosprecios en público, resaltar defectos físicos, podemos decir que esta forma es quizá la más frecuente.

El Bullying psicológico, que destruye la autoestima del individuo y fomenta el miedo y la inseguridad y claro las prácticas de exclusión que aíslan a la víctima de amigos y compañeros que se conoce como Bullying social.

Existen otros tipos como el sexual y Ciberbullying que se ha vuelto tan importante hoy en día y del que hablaremos en otro espacio con mayor profundidad.

Por lo pronto es de vital importancia estar preparados para enfrentar estas situaciones y sobre todo para detectarlas a tiempo.

En mi experiencia de tantos años trabajando con niños y adolescentes considero que lo más importante siempre es tener una comunicación abierta y positiva con nuestros hijos y con el colegio. De esta forma, conseguiremos que los niños se sientan más seguros y puedan contar a los adultos lo que les está pasando.

Hay señales claras que no se deben pasar por alto como los cambios en el comportamiento de nuestros hijos sin razón aparente. Problemas con el sueño. Les cuesta más trabajo dormir y a veces tienen pesadillas. Cambios en los hábitos alimenticios. O comienzan a comer compulsivamente, o les falta el apetito. Mala actitud hacia la escuela, cuando en repetidas ocasiones manifiestan pocas ganas de asistir al colegio, sobre todo los domingos, de cara al lunes y a toda una semana de clases.

Si detectamos algo así, probablemente nuestro hijo es víctima de acoso. En este caso, lo primero es no culparlo a él ni a nosotros. Es importante que se sienta seguro y confiado en su casa, que haya un buen clima de confianza donde pueda desahogarse y contar que le pasa.

Lo que sigue es hablar con el colegio, ya que pueden ignorar lo que ocurre porque las agresiones se llevan a cabo en ausencia de los adultos.


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