Cómo cuidar a tus padres cuidando de ti


adriana_carrilloMucha gente cercana a mí, tiende a querer cuidar a sus padres, y cómo no, si en nuestro país nos enseñan desde muy chiquitos a hacerlo, es más, es probable que hayamos visto a nuestros propios padres cuidar a los suyos (enviándoles dinero, llamándoles por teléfono seguido, aconsejándoles, etc.), y si osamos comentar que no queremos cuidar a los nuestros en su vejez, recibimos miradas de desaprobación por parte de mucha gente.

Hay muchas formas de cuidar a nuestros padres: manteniéndolos entretenidos, siendo árbitros en su relación, decidiendo por ellos en temas que “ellos no saben” o poniendo sus necesidades en primer lugar, etc. Hay formas que te cuidan y formas que te lastiman.

Tal vez estés pensando “¿cómo me lastimaría cuidando a mis padres?”no cuidándote a ti primero.

En los aviones antes de despegar las azafatas siempre dicen que en caso de despresurización en la cabina PRIMERO te coloques tú la mascarilla de oxígeno y luego se la coloques al niño, anciano o persona que venga junto a ti, que por alguna razón no se la pueda colocar a sí mismo, y esto tiene una razón. Si no te la colocas tú primero puedes perder el conocimiento, y si es un niño el que está sentado junto a ti, es poco probable que pueda ayudarte (y ayudarse), si no te cuidas tu primero, pones en riesgo a los demás… ¡y estorbas!

Lo mismo pasa cuando queremos cuidar primero las necesidades de nuestros padres antes que las nuestras o la de nuestra familia, nos ponemos en riesgo, descuidamos la relación con nuestra pareja e hijos y pagamos precios (resentimientos, culpa, deudas, peleas, etc.).

También, al ponernos en ese lugar estamos mandando un mensaje acerca de cómo vemos a nuestros padres: débiles e imposibilitados. Estamos dejando de ver que si siguen vivos es porque han podido, y si tienen las cosas que tienen es porque tienen fuerza y recursos que tal vez nos cuesten trabajo ver.

Sin embargo, sí hay una forma en la que podemos cuidar a nuestros padres sin lastimarnos:

  • Primero cubre tus necesidades: si estás más preocupado por que tus padres tengan sus necesidades cubiertas antes que tú o tu familia te estás poniendo en riesgo. Recuerda que tus padres han podido hasta ahora.
  • Reconoce las fuerzas y recursos de tus padres: cuando nuestros padres crecen es común pensar que ya no le van a entender a las cosas cotidianas, de repente es como si los viéramos como niños, y perdemos de vista que son adultos mayores, responsables de sí mismos y con vasta experiencia.
  • Pregúntales qué está bien para ellos: a veces asumimos que sin nosotros no van a poder, pero te puedes llevar grandes sorpresas si les preguntas qué necesitan realmente (mis padres por ejemplo, me han dicho que no hay más ayuda para ellos que mi esposo y yo estemos bien).
  • Pregúntate qué está bien para ti: ubica tus límites, hasta dónde sí puedes llegar para cuidarlos; quizás no estés dispuesto a visitarlos diario, pero sí una vez cada quince días.
  • Honra a tus padres viviendo tu vida: te la dieron para que la vivas. Con todo y culpa, sal y has las cosas que quieres.

Cuidar a nuestros padres es una forma de agradecerles lo que nos han dado, sólo recuerda cuidarte primero a ti.

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