Cosas que no sabías sobre la hipersexualidad

Edelmira Cárdenas

Edelmira CárdenasHace días leía un artículo sobre adicción sexual que hablaba sobre la hipersexualidad (un trastorno que afecta a un pequeño pero significativo porcentaje de nuestro país). La hipersexualidad constituye una falla de control sobre el comportamiento sexual, a pesar de las consecuencias destructoras que puedan generarse en las personas, ya sea hombre o mujer. Básicamente los que son hipersexuales pretenden llenar un vacío teniendo sexo a una medida tan elevada que llega a afectar su vida laboral, económica, relacional, familiar y en fin: como una adicción cualquiera. ¿Por qué comento lo anterior? Porque dicho artículo me hizo reflexionar sobre qué es lo realmente importante a la hora de buscar nuestra plena satisfacción y placer sexual sin que por ello nos perdamos a nosotros mismos o al otro.

Ya sea en la comida, en las fragancias o en cualquiera de los sentidos, el placer es un manjar que se cuela de manera finita por ellos. Dura un momento, el momento en el que se ejerce la acción. La naturaleza es sabia y ha hecho de nuestras necesidades básicas un placer (reproducción, alimentación, descanso). ¿Se imaginan que la comida fuera siempre insípida o igual?, ¿que dormir no nos representara ninguna forma de satisfacción?, ¿o que el sexo fuera sólo un simple “mete y saca”? Lo sabio y normal es la complacencia que forma parte de nuestra naturaleza. Pero ¿qué pasa cuando, a pesar de comer y comer, no siento que sea suficiente? ¿o si duermo y no me siento descansado? O lo que sucede mucho: ¿si a pesar del sexo que tengo no reporto los signos de la plena satisfacción?

Uno de los grandes problemas, a la hora de tener sexo (a pesar de que sea “el suficiente”) es que estamos más inclinados a procurar y cuidar las cosas accesorias y descuidamos lo más importante: “quién tengo frente a mi”. Leía por ahí que en lo sexual, el ser humano suele amar más la caza que la presa. Y tal vez hay un tanto de razón en ello, y si eres de aquellos que se piensa o se ve insatisfecho te invito a que te preguntes si no se trata tanto del placer que procuras sino el cómo procuras obtenerlo. Porque de eso se trata este artículo: todos queremos placer pero no siempre que se obtiene causa el regodeo que debería de reportar ¿y cómo saber si el placer que procuro y consigo ha promovido la plenitud en mi vida? Revisando precisamente eso: tu vida. Y si acaso te sientes plena o pleno, ¡enhorabuena! Eres una persona afortunada, porque vas por buen camino hacia la integración de tu sexualidad.

Siempre es bueno revisarse uno mismo porque como suelo decir: no somos personas hechas, somos personas en construcción constante. Es importante procurar el placer y conseguirlo, pues eso significa que te quieres y deseas recompensarte, pero siempre recordando que a veces la configuración de la búsqueda del placer es más importante que el placer mismo.

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