Cuando una puerta se cierra…

Adrian Gutierrez

Adrian Gutierrez¿Cuántas veces no has oído ese conocido refrán “Cuando una puerta se cierra, es porque otra se abre” (o incluso una ventana)? Algunas veces suena a consolación ante la pérdida de algo bueno en nuestras vidas, una esperanza de que algo mejor vendrá, ¿pero de qué depende que la nueva puerta se abra?

Cuando estaba en la universidad en una tarde que no tuve alguna clase leí el libro “quien se ha llevado mi queso” de Spencer Johnson, un libro de pocas página y muy sencillo de leer que te recomiendo ampliamente.

La trama del libro es muy sencilla: dos ratones vivían en un lugar muy cómodo donde de manera fácil obtenían comida todo los días (llamémosle la puerta #1), un buen día la comida deja de llegar (la puerta #1 se cierra) –Aquí aplicaríamos el refrán “cuando una puerta se cierra es porque otra se abre–, con el pasar de los días parecía que esta condición no se cumplía, la nueva puerta no se vislumbraba por ninguna parte así que uno de los ratones decidió salir a lo desconocido en busca de una nueva puerta y el otro decidió quedarse ahí a que la nueva puerta llegara sola o la anterior se volviera abrir.

El ratón que se queda pasa angustias, se cuestiona mucho si se tiene que ir o no, él tiene la esperanza de que en ese lugar de nuevo abra comida. Al final decide irse después de mucho pensarlo. El ratón que decide irse primero después de un tiempo de buscar encuentra la nueva puerta y el abasto de comida nuevamente.

¿Cuántas veces en tu vida después de que se cierra una puerta te quedas esperando a que por arte de magia aparezca otra en el mismo lugar o esa misma se abra nuevamente?

La realidad es que para que las cosas sucedan nosotros tenemos que buscarlas, es muy triste cuando una puerta se cierra, podemos culpar al destino, a nuestra mala suerte, etc. Pero la realidad es que estas cosas suceden todo el tiempo y a todos, pero la gente que está en movimiento encontrara más adelante nuevas oportunidades, entonces parecerá que nada paso y la gente que no se mueve tal vez ni se dará cuenta el mal tiempo por el que esta persona paso en búsqueda de nuevas oportunidades.

Las cosas no suceden sólo por desearlas mucho o por pedirlas, suceden porque se trabaja en ello todo los días, se camina se planea y así se tiene muchas puertas abiertas y no solo una, y así encontraremos muchas puertas más durante nuestro vida.

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