Del amor al horror

Mónica Venegas

Mónica VenegasNo hay quien no inicie una relación muy enamorado, pero de igual manera sin darnos cuenta muchos vamos pasando de una historia de amor a una historia de horror en un abrir y cerrar de ojos. O bien las relaciones no son fáciles o las hacemos demasiado complicadas, ¿ustedes qué creen? Es cierto que a veces te relacionas con una persona que de la noche a la mañana cambia y se convierte en alguien que no conoces, te saca las garras, se vuelve agresiva, posesiva, humillante, floja, violenta físicamente y tu relación se convierte en un infierno. Una vez que esto se presenta, es casi siempre irreversible y mi único consejo es: “patitas pa´ qué te quiero…Dale Next!”.

Pero muchas otras veces nosotros lo complicamos todo, somos los creadores de estas historias de terror. Hay 3 apegos clave que pueden llevar a tu relación del amor al horror tan sutilmente que no te das cuenta sino hasta que ya estás bien adentro y como es esperado, creemos que el de la culpa es el otro (nosotros somos perfectos). Toma nota e identifica cuál es tu apego.

1.- El apego al control. Tendemos a no aceptar a la pareja como es. En cuestión de relaciones, queremos controlar tanto que parecemos las mamás o los papás de nuestra pareja. En la mayoría de las decisiones cada uno queremos hacerlo a nuestra manera. Por ej: no te gusta los amigos que tiene, te cae gordo como habla, como se viste, como educa a los hijos, el restaurante que escoge, como saluda, si se hizo el chistoso o se quedó callado, como trata a tu mamá, no le gusta que trabajes, etc. Y se siente muy bien estar a cargo, pero cuando el otro se siente controlado, la respuesta más común es cerrarse emocionalmente. Quizá tu pareja incluso intente ceder y darte gusto, pero a la larga, esto tiene un precio muy alto: muchos resentimientos guardados que tarde que temprano buscarán una salida dolorosa para ambos pues llega en forma de venganza o revancha. ¿Cómo? Con actitudes como dejar de interesarse en la pareja, no escucharla, quejarse constantemente de ella, negarle el sexo, pintarle el cuerno, etc. Seamos realistas. ¡A nadie nos gusta sentirnos controlados! El apego al control es fórmula infalible para el fracaso de pareja y el primer paso para las peleas y la desconexión emocional, te aleja en un dos por tres pues nadie queremos sentir que no podemos ser nosotros mismo. El mejor regalo que puedes darle a tu pareja es dejarla ser ella misma (mientras no se ponga en riesgo la integridad de la relación), esto nunca falla.

2.- ¿Callar mi opinión? Ahora seguramente algunos estén pensando, ¿pero qué pasa si algo no me gusta? ¿Debo quedarme callado por no controlar? No. Una cosa es querer cambiar al otro, y otra muy distinta poner tus límites. Por eso el segundo apego tiene que ver con no poner límites en la relación, en otras palabras, el apego a la victimización. Muchas mujeres tienden a quedarse calladas, a sentirse víctimas, pero eso sólo las convierte en esclavas emocionales de su pareja. Por ejemplo, si a mi pareja no le gusta que yo salga cuando él no está, entonces mejor me quedo para que él no se moleste. Erróneamente creemos que evitamos conflictos, y que lo haces por amor, pero esta obediencia ciega otorga un poder desequilibrado a la otra persona quien inconscientemente sabe que operas desde el miedo y no desde el amor. Y amigos, no hay peor historia de horror que una donde le tienes miedo a tu pareja. El miedo mata de a poco, suprime, deprime, y llegará un punto que aunque no lo creas, tu pareja se odiará por oprimirte y te odiará a ti por no hacer valer tu voz. En el fondo, hay un sentimiento de culpa por reprimir al ser querido y un sentimiento de rechazo por tu falta de valor. Tu pareja perderá su admiración hacia ti e incluso por eso a veces después de este tipo de relaciones se buscan otras mujeres/hombres emocionalmente más fuertes. ¿Le estás haciendo saber a tu pareja cuáles son tus límites?

3.- Invadir el espacio del otro.  Esta tiene que ver con el apego al amor: Las personas necesitamos vínculos para sobrevivir. Pero vincularse no es apegarse. En el vínculo nos compartimos sin confundirnos en el otro, conservamos nuestra individualidad y nuestro espacio y respetamos el de nuestra pareja. Nos reunimos en el centro cuando se requiere, pero cada quien regresa a su espacio sin que duela esta individualidad. En el apego ocupamos el espacio de la otra persona, lo invadimos. Nos salimos de nuestro espacio para entrar al de esa persona, le quitamos aire incluso hasta llegar a ahogarla. Nos podemos llegar a aferrar a ella como rémoras. Por ejemplo: todos amamos a nuestros hijos, pero ¿los abrazarías tan fuerte hasta el punto de ahogarlos sólo porque los amas demasiado? Nadie en su sano juicio lo haría, entonces ¿por qué hacerlo con la pareja? Es hora de preguntarnos: ¿qué estamos haciendo que pudiera estar «ahogando» a nuestra pareja? ¿Cómo le das su espacio sin invadirlo? ¿Cómo regresas a tu espacio sin necesitar a tu pareja todo el tiempo dentro de él? Y no importa cuánto ames a tu pareja, ni cuánto te ame a ti. Tarde que temprano, el espacio se reclama, a la buena, a la fuerza o sacando a la otra persona de él para siempre. Si tú estás apegado a tu amor, más vale que empieces a respetar su espacio y a ocupar más el tuyo antes de que pases del amor al horror.

Mujeres usen más su energía femenina, que la masculina. Dejen de querer controlar, quedarse calladas o invadir espacios. Usen su poder femenino para enamorar, para atraer, para pedir asertivamente y dejen a su hombre hacer su rol que bastante se los hemos quitado. A los hombres les gusta complacer, organizar, conquistar, aprovechemos ese poder que hemos perdido y empecemos a vivir nuevamente una historia de amor en lugar de una historia de horror. Y hombres, valoren a sus mujeres, demuéstrenles que las quieren, no que son de su propiedad. Cuídenlas, sean atentos a sus necesidades, no creas que allá afuera hay muchas otras que aguantaran tus desastres. La fórmula es más simple de lo que parece: Darle Next! a lo que separa y dar la bienvenida a lo que une. ¡Mujeres: déjense querer más y controlen menos. Hombres: sean más detallistas y valoren más a esa mujer que tienen a su lado! Porque todos queremos amar y ser mejor amados, ¡y tú lo mereces!

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Mónica Venegas 

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