El arte de vulnerarte y hacer feliz a tu pareja.

Alessia Di Bari

 

Hoy me gustaría platicarles de algo que, a mi, me ha servido mucho: vulnerarme.

Pero, empecemos por el principio.

Vulnerarnos, es el acto de mostrar aquello que nos avergüenza y vergüenza está definido como miedo a la desconexión. Es decir, hay algo en mi que si tu ves, si te das cuenta… te vas a ir, me vas a dejar de querer, me vas a juzgar, me vas a tener lástima, de alguna manera –la que sea- te vas a desconectar de mi.

TODOS sentimos vergüenza, es un tanto imposible no sentirla. Te pongo un ejemplo para que quede más claro. Es cuando, por ejemplo, empiezas a salir con alguien y qué es lo primero que haces: mostrar tu “mejor cara”, arreglarte –si normalmente no te arreglas-, ser súper paciente –cuando regularmente te desesperas fácilmente-, etc. En general, hacemos y/o mostramos lo que creemos que le va a gustar a la otra persona de nosotros. Lo mismo pasa cuando vamos a una entrevista de trabajo o incluso, intentamos ser “buenos” hijos.

La cosa es que, si después no platicamos y nos mostramos como verdaderamente somos o nos sentimos, vivimos con una sensación constante de vergüenza. Es decir, “Claro, si le gusto y me quiere, pero porque no sabe… ó Claro, está enamorado(a) de mi, pero todavía no me conoce del todo”.

Esto, en el sexo, lo vivimos todo el tiempo. ¿Qué es eso que te impide pedirle determinadas posiciones a tu pareja? ¿Qué crees que pasaría si le contaras todo lo que has vivido sexualmente antes de él/ella? ¿Cómo crees que se sentiría si le dices todas las cosas que no te gustan y/o no funcionan de el/ella en la cama? La sensación debajo de las múltiples creencias que puedas tener con respecto a cualquiera de los temas anteriores, al final se reduce a: miedo a me deje de querer/se vaya/corte conmigo/ se enoje (todo eso, es vergüenza).

Entonces, ahora sí, ya que la identificamos ¿qué hacemos con ella? La respuesta es ¡vulnerarnos! Esto quiere decir, mostrarnos, abrir el juego y decir lo que me da miedo, lo que siento que va a ocurrir si te digo o hago ciertas cosas.

¿Cómo? Con MUCHA valentía. Se necesita mucha fuerza y valentía para abrir nuestro corazoncito y decir lo que sentimos. Así, el truco está en armarnos de valor y decir algo así:

“Amor, ni si quiera sé por dónde empezar, porque tengo miedo que cuando sepas que finjo mis orgasmos, me vas a dejar de querer o me vas a cortar, pero siento que es importante que lo sepas para que podamos construir una relación distinta y yo me sienta con la confianza de decirte qué necesito en la cama”.

Generalmente, las personas reaccionamos favorablemente con un “no tenía ni idea”, “a mí me pasa algo similar”, “me duele lo que me dices, pero me sirve”. Aunque, también hay que decirlo, no todos es mil sobre hojuelas –sino todo mundo iríamos así por la vida- hay algunas otras que no responden tan chido cuando nos mostramos y ese es uno de los precios a pagar. Para mí, vulnerarme, es una situación ganar-ganar, porque si me muestro y me aceptan con todo y todo ¡qué maravilla, sí me quieren a mí! Y si me muestro y no pueden/quieren conmigo ¡también gané, porque auténticamente querían a una imagen de mí, no a mí!

Anímate, empieza por una vergüencita y con alguien en quien confíes mucho y sepas que te va a recibir bien. Eso te dará la valentía para ir poco a poco mostrándote más.

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