El origen del apodo Godínez para los oficinistas


La palabra «Godínez» es muy utilizada por los mexicanos para referirse a los oficinistas, en referencia a ellos se hacen bromas y se crean memes llenos de humor en las redes sociales.

Todos saben qué es un Godínez, la mayoría lo identifica como un personaje que trabaja en una oficina con un sueldo apenas suficiente, siempre porta su gafete para identificarse, llega a su trabajo con ropa de oficina y de corbata, prefiere llevar su propio alimento (contenido en toppers) desde su casa para no gastarse todo su sueldo. Estas y muchas otras características identifican a un Godínez, pero… ¿de dónde surgió este singular apodo?

 

Lo cierto es que el origen del apodo Godínez para identificar a los oficinistas nadie lo sabe, es probable que tan singular identificación haya ido evolucionando hasta que el apellido «Godínez» formó parte del acervo cultural del mexicano.

Quizá el apodo proviene de la televisión. Muchos hacen referencia al personaje creado por Roberto Gómez Bolaños en la serie de televisión «El Chavo del Ocho», interpretado por su hermano, el actor Horacio Gómez Bolaños. Este personaje era un niño distraído, ignorante y angustiado por las preguntas del profesor «Jirafales».

Otros más recuerdan al personajes «Peritos», del comediante Luis de Alba, un oficinista torpe y flojo que siempre busca pretextos para engañar al jefe y trabajar menos.

Nuestros abuelos recuerdan la telenovela «Gutierritos», transmitida de 1958 a 1965 en la televisión mexicana, protagonizada por Rafael Banquells. Su personaje, Gutierritos, era un hombre bonachón, humilde y respetuoso, pero que sufría del acoso de su jefe y de sus compañeros. Muchos mexicanos que recuerdan aquella época aseguran que los oficinistas eran apodados como «Gutierritos», en relación a la telenovela.

Pero si viajamos por el tiempo y nos vamos una década más atrás, encontraremos la película «La Familia Pérez», protagonizada por Joaquín Padarvé, una cinta de 1948. Pavardé interpreta a Gumaro Pérez, un oficinista a quien no le va muy bien en el trabajo y tampoco en su propia casa, pues su esposa es una mujer muy mandona y prepotente.

La cultura del oficinista que intenta sobrevivir en un mundo complicado no es nueva, probablemente en un futuro el apodo vuelva a cambiar, por ahora las redes sociales e Internet se han encargado de hacer de los Godínez toda una pasión.


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