Errores de comunicación muy Godínez


  • P_JEAN_NuevaError 1: El jefe que aprieta pero no ahorca

Creer que llevando a tu equipo al límite y lastimando su autoestima, obtendrás respeto y compromiso. ¿En serio? Al hacerlo, lo único que logras es debilitar su seguridad personal, lo cual los hará equivocarse una y otra vez, pues su atención estará en evitar el error (claro, por miedo), en lugar de concentrarse en dar lo mejor de sí.

Mejor, refuerza positivamente sus aciertos, hazlos sentir valorados y piezas clave en tu equipo; cuando vayan ganándose tu confianza, diles cuan valioso es saber que puedes confiar en ellos y en su desempeño. No se trata de adularlos sino de reconocer aquello que hacen bien para que se sientan motivados y, sobre todo, contentos de trabajar contigo. Está comprobado científicamente, que una persona feliz, piensa mejor y es más capaz de desarrollar su talento y resolver problemas. Ahora, si lo que tienes que hacer es señalar un error, está claro que debes hacerlo pero siempre centrándote en la solución y no en el error o en el culpable. ¡Eso ya no importa! Lo hecho, hecho está. Descarga tu ira con alguien de tu confianza que pueda escucharte sin juzgarte o tomárselo personal, y después habla con tu colaborador de manera asertiva.

  • Error 2: El engaño de la competencia laboral

Muchas empresas intentar “incentivar y motivar” a sus empleados dando premios al mejor vendedor, etc. Desde mi perspectiva, este tipo de dinámicas solamente fomentan la competencia desleal entre colaboradores cuando, en lugar de competir, ¡deberían de aprender a trabajar en equipo, dándose la mano y apoyándose mutuamente para lograr buenos resultados! Por eso dicen que los mexicanos somos, a veces, como una cubeta llena de cangrejos en donde, cuando uno está a punto de llegar a la superficie, los demás lo jalan para abajo. Por eso, analizando la cultura laboral en la mayoría de las empresas más importantes del país, he notado que el error está en el enfoque que tenemos sobre el término “competencia”. ¿Qué pasaría si, en un ejercicio más inteligente, reconocieran al empleado que se superó a sí mismo mes con mes? La competencia es con nosotros mismos, y debe ser una competencia respetuosa, amorosa y leal. La verdad es que, ¡hay para todos! El Universo es abundante; la creencia de que debemos de arrebatarle al otro lo que queremos, es un vil engaño. El respeto al puesto ajeno es la paz.

  • Error 3: El cangrejismo

Muy de la mano con el error anterior, y haciendo alusión a la metáfora de los cangrejos en la cubeta, hay algo que noto muy frecuentemente en las organizaciones y equipos: La mala costumbre de exponer el error de tu compañero frente a todos para quedar bien o, peor aún, para lograr que él quede mal. Típico de quienes necesitan pisar a otros para subir un peldaño en el escalón. Sí, en ese momento expondrás a tu compañero y todos se darán cuenta del error, pero, ¿sabes quién quedará peor? ¡Tú! Por tu falta de seguridad y de prudencia. Quien es seguro de sí mismo se vale de sus propios méritos para subir y no de los errores de otros. Quien es prudente, suele ser asertivo; y quien cuenta con el don de la asertividad como cualidad, suele ser una persona que sabe trabajar en equipo y llevarse bien con sus colaboradores. El no saber hacer equipo, es algo que podría costarte tu reputación y la chamba. ¡Aguas!

  • Error 2: El que se sube al ladrillo y se marea

Básicamente, confundir poder con autoridad. La autoridad te convierte en un líder cuando dejas de preguntarte: “¿qué pueden hacer por mí los demás”, y empiezas a cuestionarte qué puedes hacer tú por ellos, desde donde estás. Y tú, ¿eres un jefe autoritario o un líder persuasivo?, descúbrelo dando click aquí.


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