Ideas para no ser agresivo al comunicarte

Pamela Jean

Pamela JeanObserva con atención y descubre si tu comunicación es agresiva. Si después de leer este artículo te das cuenta que así es, ¡no te preocupes! Nunca es tarde para ser más asertivos y, con eso, mejorar la calidad de nuestras relaciones.

  1. El sarcasmo: Es un dicho irónico y cruel, una burla mordaz, con que se ridiculiza, humilla o insulta, normalmente encierra una queja.
    Algunos ejemplos:
    -Tu que todo lo sabes y lo que no, lo inventas.
    -Claro, como tú eres tooooodo un conocedor en el tema, ahora resulta.
    (Hacia un gordito) -¿Y no había esa camisa en tu talla?
    (Hacia alguien despeinado) -¿Te peinaste y te viniste?
    Y un GRAN etcétera.
    Primero que nada he de confesarte que el sarcasmo y el humor negro me hacen reír mucho, hay algo de eso en mí, ¿lo hay en ti? Si es así, ¡no está mal! Mucho de la agresión en el sarcasmo radica en la intención con que se usa. Mientras no lo utilices para herir o lastimar, quizá es tu forma de hacer reír y tal vez lo logres; eso sí, lo que no se vale es hacer reír a los demás a costa de burlarte de alguien más. Otra cosa que debes tomar en cuenta es que no todos lo comprenden o les agrada, elige bien con quien usarlo, hazlo solamente con aquellos que sabes que comparten contigo esta peculiar forma de comunicarse y no se sienten agredidos o se lo toman personal. De no tomar en cuenta estas consideraciones, te proyectarás como alguien de sangre fría, insensible, prepotente, agresivo, altanero y petulante.

 

  1. Generalizar: Es abstraer lo que es común a muchas cosas formando un concepto que las comprenda todas. Considerar y tratar de manera general cualquier punto o cuestión.
    Por ejemplo:
    -Todas las mujeres están locas.
    -Siempre me haces lo mismo.
    -Nunca tienes detalles conmigo.
    -Todos los hombres son iguales.
    -Todos los políticos son corruptos. (Aunque te cueste creerlo, no todos lo son)
    ¿Por qué generalizar es una forma agresiva de comunicación? Porque, como diría Hermann Keyserling: “Generalizar es equivocarse”. Y es que, aunque los seres humanos podamos tener muchas cosas en común, al final somos diferentes. Y no sólo eso, sino que a nadie le gusta ser parte del montón. Cuando utilizamos la generalización para señalar o desprestigiar a alguien, como en “siempre te enojas por tonterías”, hacemos que la otra persona se sulfure y automáticamente empiece a buscar las excepciones para sacarte del error, probablemente contestándote algo como: “¿ah sí?, ¿y lo del lunes pasado fue una tontería? A mí no me parece. ¿Y cuándo me enojé por tal y cual en donde me diste toda la razón? Tampoco era una tontería, ¿o sí?”. Y entonces la conversación se desvía y se convierte en una batalla campal en donde cada parte intentará ganar puntos y defenderse en lugar de enfocar sus esfuerzos en buscar una solución a ese problema en específico.
    Además, generalizar es desvalorizar a la persona y mostrar poco interés por ella y sus argumentos. Alguien que se siente desvalorizado siempre se pondrá a la defensiva pues se sentirá agredido. Así que, por favor, nunca digas “nunca”, y nunca generalices 😉 pues tus argumentos y tú mismo, perderán credibilidad.

 

  1. Ser histórico: Me refiero a traer argumentos del pasado al presente para ganar puntos en una discusión. Recuerda que los argumentos tienen caducidad, ser asertivo implica decir aquello que te molesta en el momento adecuado, esto quiere decir, ¡lo más pronto posible, no seis meses después cuando explotes con tanta presión! Siempre y cuando tomes en cuenta a las personas presentes (preferentemente hazlo a solas con esa persona) y el estado emocional de ambos (si están alterados emocionalmente, espera unas cuantas horas a que los químicos y hormonas que no los dejarán pensar, se reabsorban y entonces puedan pensar con la cabeza en lugar de decir cosas de las que después podrían arrepentirse). Y, por favor, si ya perdonaste ese hecho en el pasado, ¡prohibido mencionarlo de nuevo! Como diría José José: “Ya lo pasado, pasado, no me interesa…” Además, al ser histórico, igual que en la generalización, te proyectarás como alguien con poca credibilidad y tus argumentos perderán fuerza.

Estos son solamente algunos puntos, pero ve observando tu manera de comunicarte y cuida estos aspectos. Por algo se empieza. Así verás mejorar tus relaciones, te convertirás en una persona más atractiva y carismática con quien la gente querrá estar. Ante todo, siempre recuerda tomar en cuenta los sentimientos de los demás, esa es la base de la empatía, y la empatía a su vez, es la clave de la asertividad, la persuasión y las relaciones saludables.

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