Ladrones de la felicidad

Mónica Venegas

Mónica VenegasDicen que el fin último del ser humano es ser felices. Entonces, si todos tenemos este fin, ¿por qué la mayoría pasamos vidas de tristeza, decepción o vacío emocional? Y es que independientemente si no estás en el trabajo que quieres, si estás con la persona equivocada, o tu situación económica no es la que deseas existen tres factores que nos alejan de nuestra felicidad día a día. Revisa si dentro de tus patrones de comportamiento pudieras estar repitiendo alguno de ellos:

  1. Buscar la aceptación de los demás. Es verdad que sentirnos aceptados, amados y reconocidos nos hace sentir seguros, pero estar buscando constantemente la aceptación de los demás nos lleva a dejarnos manipular, a aceptar la violación de límites (incluyendo groserías por parte de los hijos), o hasta a comprometer nuestros principios a cambio de migajas de aceptación. Por ejemplo, tal vez dices si cuando en realidad quieres decir no, te juntas con personas que no son realmente amigos solo con tal de encajar, o te endeudas sólo para dar una imagen. Todo esto causa estrés innecesario alejándonos de nuestro bienestar o felicidad.

 

  1. Tener expectativas: Las expectativas son un tipo de amor dependiente. Amamos a alguien hasta que nos decepciona, hasta que deja de cubrir nuestros deseos. Y cuando nos decepcionan entonces nos sentimos tristes, casi deprimidos a veces. Es agradable estar ilusionados, pero no hay nada peor que esperar algo de alguien y que esta persona no pueda cumplirlo. Entendamos que nadie es un robot programado para darnos gusto, eventualmente nos van a fallar. Es lo inevitable. Ni tu pareja, ni tus hermanos, ni tus padres ni siquiera tus hijos pueden lograrlo. Entonces, en lugar de esperar algo de la gente y hacernos dependientes a sus acciones o palabras, seamos nosotros mismos y permitamos que otros sean ellos mismos sin tener expectativas. Se gana más cuando no esperas nada de nadie, en otras palabras eres más feliz, tienes relaciones más satisfactorias porque no hay diferencia (o hay muy poca) entre tus expectativas y la realidad.

 

  1. La victimización o las quejas constantes: Quejarse constantemente, echar culpas de nuestras desgracias, sufrir son claves para la infelicidad. Por ejemplo, frases constantes como: mi pareja no me quiere, en mi trabajo no me valoran, todo me sale mal, son señal de victimización. Pero, ¿por qué elegimos ser víctimas? Por dos razones: primero, porque nos proporciona la atención necesaria que no somos capaces de pedir directamente: me quejo y la gente solita viene a ver qué tengo y cómo me ayudan. Y segundo, nos ayuda a evadir responsabilidad justificando nuestra falta de acción: yo no puedo hacer nada sin él, esta depresión me impide moverme. ¡Cómo sufro! Este estado nos aleja del poder más grande: el poder personal de cambiar nuestra condición actual independientemente de cuál sea. En otras palabras, nos convertimos en discapacitados emocionales, garantizando nuestra infelicidad.

Hoy te invito a Darle Next! a tu infelicidad. Deja de querer que otros te acepten, empieza a vivir tu propia vida, deja de esperar cosas de los demás, nadie está programado para complacerte y deja de hacerte la vícitima. No hay ningún tipo de poder personal en ello, pero sí hay un gran grado de autosabotaje a tu éxito y tu felicidad. Tu puedes cambiar tu situación actual, tu puedes revertir tu estado de ánimo si tan solo aceptas que tienes un rol para cambiar tu futuro, sin tan solo aceptas que la felicidad está en tus manos y NO en las de nadie más.

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Mónica Venegas

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