Cómo limpiar la nariz de tu bebé


La nueva etapa ¡acaba de empezar! sabemos que estás muy emocionado, te acabas de convertir en papá y eso está increíble. Traerá consigo muchas gratificaciones, pero también muchos cuidados que debes de aprender paulatinamente uno de ellos es aprender a limpiar la nariz de tu bebé de la manera correcta. A continuación te decimos como…

Tu nene no sabe respirar por la boca, cuando siente la presencia de suciedad en la nariz (moquitos) comienza a respirar con dificultad o inclusive puede que lloré por la molestia.

¿Cómo debo limpiar la nariz de tu bebé?

Como el aún no puede sonarse por su propia cuenta, debes echarle una mano y ayudarlo a liberarse de esos moquitos nefastos. Te recomendamos lo siguiente.

Pera de goma

La pera es una gran opción. Tienes que ser muy delicado y utilizarla con ayuda de una solución salina, que ayudará a humedecer toda la mucosidad. De esta manera podrás ayudarlo a respirar bien, y a quitarle la molesta.

¿Qué onda con la solución salina?

Puedes comprarla en la farmacia o bien rifarte y elaborarlas en casa. Lo único que necesitas es disolver ¼ de cucharita de sal en un vaso grande de agua tibia. Guárdala en un recipiente de vidrio limpio y cerrado.

¡Ojo! Si el agua que utilizas no es de garrafón es importante que la pongas a hervir por 10 minutos, para matar todos los gérmenes que pueda traer consigo.

¿Cuándo lo limpio?

El momento perfecto para hacerlo es antes de comer, ya que la solución salina puede que le cause náuseas y esto es peligroso, no quieres que te vomite encima ¿o sí?

Procura no usar con tanta frecuencia la pera, puede llegar a resecar la nariz de tu bebé. Limítala de una a dos veces al día, solo y únicamente cuando tenga muchos moquitos.

¿Cómo lo hago?

Bien, para tener la nariz de tu bebé limpia debes de colocarlo en una posición cómoda.

Coloca su cabeza sobre tus rodillas y sus pies contra tu abdomen, dejando que su cabeza cuelgue ligeramente hacia atrás. Coloca un par de gotas en cada orificio, procurando mantener su cabecita quieta para que puedas maniobrar con la pera.

Aprieta la pera de manera que generes vacío y posteriormente introdúcela suavemente. Suelta poco a poco para ir succionando toda la mucosidad.  Ve sacando lentamente y deposita todos los fluidos en un papel.

Recuerda hacer esta tarea con mucha paciencia y delicadeza, si aplicas mucha fuerza puede llegar a lastimar sus tejidos nasales, y podrían llegar a inflamarse.

No olvides limpiar perfectamente después de ocuparla con agua tibia, límpiala por dentro, haciendo la misma función de vacío.

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