Miedos que sienten nuestros hijos


El ser humano comienza a tener miedo entre los 3 y los 6 años de edad, aparecen porque el pequeño está aprendiendo a entender el mundo que lo rodea. Todavía no es capaz de entender o real y lo imaginario.

Algunos miedos le ayudan a ser precavido y lo resguardan del peligro, pero existen otros miedos que son perjudiciales, que pueden afectar su desarrollo. Los expertos aseguran que algunos temores desaparecen y otros cambian mientras el pequeño va creciendo.

De acuerdo con Guía Infantil, los miedos son inducidos por el ambiente externo o por experiencias negativas en casa o fuera de ella. Los padres deben identificar en los miedos situaciones de maltrato o abuso en contra de su hijo. Los más comunes en un niño son el temor al abandono y aparecen en los primeros días de escuela o en la separación de los padres.

Van cambiando según la edad del menor, por eso hay que ayudarlos a superarlos en cada etapa.

Por lo general, a los seis meses de edad el pequeño teme a los extraños y es común que busquen más a su mamá. Los expertos recomiendan que duerma en una cuna a los cinco meses, para cuando despierten no extrañen tanto a su mami y papi.

A los dos años temen al abandono. Si los dejan en la guardería se pondrán a llorar, pero a los cinco minutos se les olvida y se ponen a jugar. Si un infante ha superado esta etapa y se angustia de nuevo hay que prestar mucha atención y valorar si hay otros problemas.

A los cuatro años se teme a la oscuridad, puedes dejarle una lámpara a tu niño que le de luz indirecta, con el paso del tiempo él mismo te dirá que ya no es tan pequeño como para que le dejes la luz prendida.

De tres a cinco años le tiene miedo a los perros grandes, esto no es común si convivió con mascotas desde siempre. Debes advertirle que hay animales no muy educados que podrían morderlo. Debes distinguir entre el miedo y la prudencia.

A los seis años temen a la inseguridad, puedes explicarle que la casa está segura y hasta enseñarle cómo le pones llave a la puerta. Los expertos recomiendan bromear con ellos (no a costa de ellos) y decirles que el único que puede entrar a casa trepando es Spiderman, pero no existe.

De dos a cuatro años tienen pesadillas, lo correcto es tranquilizarlos, darle dos besitos de buenas noches y dejarlos durmiendo en su cama. Los expertos no recomiendan llevarlos a la cama con los papás.

¿Qué hacer con sus miedos?

Para responder esta pregunta comenzaremos con lo que no hay que hacer. Atención a lo siguiente: No ridiculizarlos, no contarles historias fantasiosas de miedo, no contarles cuentos de terror, no reírse de ellos, no infundirles más miedo, no lo obligues a enfrentar sus miedos a la primera o de manera brusca, no le transmitas tus temores (por ejemplo si tu tienes miedo a las arañas) y no lo llames cobarde.

Los expertos aseguran que es mejor no darles demasiada importancia. Por ejemplo, si siempre te interpones entre un perro y tu hijo, él terminará pensando que todos los perros son malos y no podrá superar su temor. Tampoco ignores los miedos de tu pequeño, pues si lo haces se sentirá abandonado y verá en ti falta de cariño y atención.

Tu tarea es hablar con ellos y explicarle las cosas que no son malas para él y las cosas que si lo pondrían en riesgo. Puedes educarlo explicándole que no debe hablar con extraños y, cuando estén dentro de casa y haya relámpagos puedes asomarte por la ventana con ellos y juntos contar los truenos de una tormenta. Transmítele confianza y seguridad, pero enséñale a ser prudente.

Ante una pesadilla no es bueno asustarse con ellos, acércate tranquilamente y trata de calmarlos. Si hay miedos que no puedan superar, lo mejor es ir con un psicólogo para que los ayuden a detectar el problema.

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