Mitos y realidades de las terapias alternativas para tratar el cáncer de mama


El diagnóstico de cáncer de mama, sin importar el tipo, no es una noticia fácil de asimilar. La idea de someterse a largas sesiones de radio o quimioterapia no resulta atractiva, no sólo porque no está garantizado el éxito del tratamiento sino que los efectos secundarios empeoran el panorama.

Sabiduría Que Ayuda: El cáncer de mama es la primera causa de muerte en el IMSS y la cuarta de mayor gasto, con 3143 millones de pesos en 2016.

El deseo de evitar el vómito, la pérdida de cabello y el dolor, así como acelerar su proceso de recuperación lleva a muchos pacientes a recurrir a terapias alternativas para complementar o sustituir su tratamiento.

Este tipo de terapias van desde la medicina china tradicional, la acupuntura, la hipnosis, dietas de desintoxicación, producto herbarios, remedios homeopáticos, jugos de frutas o hasta aparatos milagrosos que ofrecen curar por completo el cáncer.

Si bien es cierto que la ciencia reconoce la utilidad de algunos de estos métodos como mecanismos para reducir los efectos secundarios, no existen pruebas de que puedan eliminar tumores.

En cuanto a la posibilidad de prevenir la enfermedad mediante el consumo de determinados alimentos o bebidas, la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado en repetidas ocasiones que es imposible prevenir el cáncer de mama. La detección temprana es la mejor opción.

Aquí algunos de los “remedios naturales” más socorridos por pacientes con cáncer de mama son:

Té verde.

Se dice que esta infusión es un potente anticancerígeno capaz de reducir el tamaño de los tumores. Por si fuera poco, científicos chinos aseguran que el consumo regular del té verde previene el cáncer de mama, pero para gozar de este beneficio es imprescindible beber tres tazas diarias. Lo cierto es que hasta ahora no existen fehacientes sobre los beneficios que se le atribuyen.

Vitamina D.

La ciencia sigue estudiando este nutriente para comprobar las propiedades preventivas que se le atribuyen. La creencia popular es que la vitamina D previene la aparición de células malignas y en el caso de que el paciente ya las tenga, esta vitamina obstaculiza el desarrollo de los vasos sanguíneos que nutren al tumor. Gracias a ello el tumor muere rápidamente.

Curcumina.

Suele creerse que esta especia es tan efectiva para evitar el cáncer de mama que evita que se activen los genes que determinan el desarrollo del padecimiento. Además, su consumo impide que las células malignas se expandan a través del flujo sanguíneo y el sistema linfático. A pesar de que no existen pruebas científicas de su efectividad, se recomienda consumir entre 500 miligramos y un gramo de curcumina por día.

Pueraria mirifica.

Es una planta tailandesa que presumiblemente coadyuva en el tratamiento del cáncer de mama. De acuerdo con el estudio publicado en la revista Chinese Medicine News, a medida que se otorgan dosis más fuertes de la planta, mejores son los efectos sobre la disminución de los tumores mamarios cancerígenos.

Lo cierto es que al no contar con evidencia definitiva, la mejor opción para tratar el cáncer de mama son los métodos convencionales. Las terapias alternativas deben emplearse solamente como complementos.

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