ORIENTACIÓN A LA FAMILIA PARA ASUMIR LA SEXUALIDAD DE SUS HIJAS E HIJOS

Irene Torices

 

Los propósitos generales de la orientación sexual a la familia son los de facilitar la información necesaria sobre temas de sexualidad y el desarrollo sexual de sus hijos e hijas en particular, darles a conocer las situaciones que pueden presentarse y las soluciones que permiten el logro de una exitosa relación parental y de pareja. Sobre esta base, que sean capaces de identificar prejuicios discriminantes que afectan a niñas, niños y jóvenes y estimularlos a enfrentarlos. También se requiere abordar algunas actitudes y estilos de interacción familiar que frenan la independencia de las hijas e hijos, y por tanto el desarrollo de relaciones responsables con otras personas.

Es posible influir sobre la familia actuando directamente con niñas, niños y jóvenes, pero además, a través de facilitar el contacto periódico entre el personal docente y la familia, de las conversaciones dirigidas, de las entrevistas que lleva a cabo el personal de los centros escolares, de las sesiones de orientación grupal en sus distintas modalidades, de las visitas al hogar, de la correspondencia, de las lecturas recomendadas y otras modalidades de intervención.

Las “escuelas para padres”, que en realidad tendrían que nombrarse actualmente “escuelas familiares”, consisten en una modalidad de educación sistemática a las familias, que les acompaña en el desempeño de las funciones parentales y permite coordinar las acciones educativas que se llevan a cabo con niñas, niños y adolescentes. Las mismas abren un espacio de reflexión y debate en torno a las dificultades de la educación infantil, al interior de un grupo de familiares con intereses afines, y en estrecha relación con el personal docente.

Si bien los procedimientos grupales son muy valiosos porque ¨normalizan¨ los problemas de cada madre o padre, frecuentemente las familias con adolescentes requieren ayuda individual. No debe pretenderse agotar todos los conflictos de la vida familiar, articulándolos con la educación de la sexualidad. Las familias concluyen a corto plazo su preparación para encarar la vida sexual de sus hijos e hijas. Cada etapa del ciclo vital familiar trae sus retos. Hasta que no se independice el hijo o la hija, se mantendrán relaciones muy estrechas, que han de requerir nuevas intervenciones de orientación o terapéuticas.

Las acciones para la Educación de la Sexual desde la familia se basan en los siguientes principios:

  1. Ofrecer a niñas y niños la oportunidad de gratificación oral y exploración de su cuerpo.
  2. Ofrecer a niñas y niños la oportunidad de conocer su propio cuerpo y los de otros niños y otras niñas.
  3. Evaluar la imagen que el niño y la niña tiene de sí, como hombre o mujer.
  4. Ayudar al niño y la niña a desarrollar su propia imagen positiva como ser sexual.
  5. Preparar para los cuidados personales en general, y la higiene de los órganos sexuales pélvicos desde la primera infancia, durante la pubertad y el desarrollo de la adolescencia.
  6. Fomentar las interacciones sociales con el otro sexo.
  7. Dar educación de la sexualidad como parte de todo el proceso de transformación de sus personalidades.
  8. Llevarla a cabo de manera activa, tomando a niñas, niños y adolescentes como principales protagonistas.
  9. Asumir que cada persona tiene un desarrollo peculiar, único y respetarlo como condición para propiciar el desarrollo de su sexualidad.
  10. Dar la información sobre sexualidad y la orientación necesarias para que niñas, niños y adolescentes, pueda decidir de manera autónoma y responsable.

 

Enfocar la educación de la sexualidad para orientar y prevenir, implica adelantarse a los problemas que podrían presentarse y también resolver dificultades que agobien a la niña, niño o adolescente en relación a su sexualidad.

Irene Torices Rodarte
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