Quién es realmente el niño interno

Martha Sánchez Navarro

Martha Sánchez NavarroSeguro has escuchado hablar del niño interno, pero ¿quién es o a qué se refiere?

Sin importar nuestra edad, todos tenemos habilidades de nuestra niñez, que poco a poco hemos ido perdiendo. La Biblia dice, sólo los que sean como niños, entrarán al reino de los cielos. No dice los niños, si no los que sean «como» niños.

Esto es porque cuando llegamos a esta experiencia terrenal, seguimos conectados a la fuente.

Un niño respira perfecto, inhala infla su pancita, exhala y la desinfla. Tú y yo lo hacemos ya al revés, porque entre tantas experiencias que nos causaron miedo, invertimos la respiración para no sentir. Respirar es igual, a sentir.

Los niños tienen todos sus chakras alineados y la energía fluye perfectamente, igual después, esto cambia y de adultos tenemos algunos o todos los chakras cerrados y no fluye bien la energía.

Se dice que sólo los niños y los borrachos, dicen la verdad. Los niños son totales, a la hora de reír, se ríen con todo y pueden hasta hacerse pipí, de la risa. Siempre dicen la verdad, porque en su inocencia, no saben mentir.

Los niños están siempre en el instante presente, por eso cuando les preguntamos algo, nos contestan con enfado, bien o nada.

–¿Cómo te fue en la escuela? Bien.

–¿Qué comiste? Nada.

–¿Con quién jugaste? Con nadie.

No es que sea verdad, claro que comió y estuvo feliz, jugando con sus amiguitos, pero no entiende la pregunta, porque ¡ya fue! Ellos siempre están en el aquí y el ahora.

Por eso no se atoran, a la hora de hacer un berrinche, se dejan ir y lo hacen intensamente y luego se calman o se duermen y se les pasa.

Si se pelean muerden, arañan, patean y luego se les calman y no se acuerdan, vuelven a jugar con su hermano o amigo, como si nada. No tienen prejuicios, porque todo es nuevo, todo lo ven con ojos de la primera vez. Todo los asombra y encanta. Quieren jugar y divertirse, se ríen muchas veces al día y por cualquier cosa.

Son imaginativos, soñadores. Se inventan historias, canciones, bailes etc.

No paran, tienen una gran energía y todo les atrae. Les gusta la aventura, los animales, la naturaleza.

Aman su cuerpo, les asombra las maravillas este puede hacer.

Confían plenamente en nosotros y no se preocupan de nada, saben que todas sus necesidades van a estar cubiertas y que nosotros los vamos a cuidar.

Son tiernos y expresan sus emociones claramente, se enojan, lloran, ríen, están tristes o lo que sea y no tratan de disimular, no piensan que unas emociones son mejores que otras.

En conclusión, son auténticos, felices, juguetones, inocentes, risueños, totales, aventureros, amorosos, honestos etc. No se trata de añorar, ni de volver a esa etapa, es imposible. Pero si podemos conectar con esas habilidades y hacerlas crecer en nosotros aquí y ahora. Conectar con mi niña o niño interno y recuperar esa energía. Ahora yo soy la mamá o el papá de ese niño y yo lo voy a cuidar, apapachar y tomar en cuenta.

Ella o él a su vez me va a recontar con esas habilidades y con la energía, para que ahora como adulto, recuerde yo el juego, la aventura, las risas, la totalidad y no me tome tan en serio!

La comunión ideal de da, entre el adulto y su niño. Uno tiene lo que al otro le hace falta y viceversa. Así podemos recuperar esa alegría y ligereza de la que habla la Biblia.

Bendiciones

Martha

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