¿Realidad o creencia? Rompiendo conceptos

Lorena Lopez Niño de Rivera

lorena-LOPEZ-NINO-DE-RIVERA-1000X525-2017Hace pocos días tuve una experiencia que rompió con todo lo que en algún momento pensaba o sentía acerca de mi relación con los hombres lo que me llevó a darme cuenta que no siempre las cosas son como pensamos que son.

El tema “hombres” siempre ha sido un tema en mi vida, en algún punto de mi adolescencia fui como dirían bastante “ noviera” sin embargo después de un tiempo entré en un lugar en el que pareciera que esa área de mi vida no existía; por mucho tiempo puse muchos pretextos para ni siquiera voltear a ver el mundo de las citas y del ligue, pensaba que había muchas cosas que solucionar en mi vida antes como mi familia, mis amigos, mi sueño de vida pero ese mundo ni siquiera aparecía en la lista.

Cuando entré a la carrera ese mundo pareciera que por arte de magia había aparecido, mis amigas tenían novio y al hacer nuevas amigas, había nuevas salidas por lo que el ligar, que te pidieran tu celular o conocer a alguien, era inevitable.

Empezar a salir y conocer un nuevo mundo me hizo darme cuenta de varias cosas: en primer lugar me di cuenta del miedo que me daba que un hombre se me acercará por lo que por mucho tiempo parecía que traía un “bat” imaginario que usaba cada vez que alguien daba indicios de acercarse a mí, esta forma era la más “segura” para que nadie se me acercará. Mucho tiempo funcioné de esta manera sin embargo me di cuenta que siempre que salía, regresaba a mi casa con una sensación bastante fea ya que generalmente todas mis amigas terminaban ligando y yo regresaba como había salido, soltera y sin ningún prospecto por lo que era inevitable que pensará cosas como “Claro, todas son más bonitas que yo”, “Jamás vas a poder encontrar a alguien con quien salir”.

Después de ver el miedo y trabajar en eso, empecé a notar que cuando salía, aunque ahora si los hombres se me acercaban, en ocasiones ni siquiera me preguntaban mi nombre o me pedían mi celular sino que solamente estaban interesados en tener algún encuentro casual; después de varias veces que me pasaba lo mismo me di cuenta que tengo una creencia al respecto, cada vez que alguien se me acerca, pero me deja claro que no quiere una relación formal tengo una voz que dice que no soy suficiente para que me quieran conocer, que quién soy no es suficiente para poder tener una relación formal o que no soy suficiente para que alguien se pueda enamorar de mí.

Hace algunos días tuve una experiencia que rompió con esto, después de un tiempo de ver a alguien que desde un inicio me había dicho que “no quería nada serio” me dijo que ahora eso había cambiado y que estaba probando salir con alguien de manera formal y exclusiva y claro al momento de saberlo lo primero que pensé fue:

«¿Ves cómo una vez más te das cuenta que no eres suficiente para que quieran salir contigo?», «Es obvio que no eres alguien de la cuál alguien se puede enamorar» y muchas otras frases parecidas a éstas; era la forma perfecta de corroborarme que mi creencia de no ser suficiente para que alguien se enamore, era cierta. Aunque en un principio sí lo hice, después de un rato comencé a ver que en realidad eso no tenía sentido, que él con la forma de actuar y las cosas que había hecho y dicho me demostraba otra cosa, me demostraba que de hecho es probable que le guste mucho y que a lo mejor hasta se estaba enamorando de mí, sin embargo mi cabeza de inmediato solamente acomodó la información para corroborar mi creencia, que es justo lo interesante de las creencias.

Todos tenemos creencias, ya sea alguna que se parezca a la mía como “No soy suficiente para que alguien quiera algo formal conmigo” o algunas otras como “Todos los hombres son iguales”, sin embargo siempre al tener una, hacemos cosas y buscamos la forma para ver como lo que pensamos si es cierto, para ver como la realidad, aunque muchas veces ni siquiera es así, encaja perfecto con nuestra creencia.

Lo que a mí me ha servido y que yo te recomendaría sería, cada vez que te notes pensando o diciendo: Ves como SÍ… INSERTA TU CREENCIA, yo te diría, dúdalo, pregúntate si la realidad está siendo como tu cabeza dice qué es y verás que en muchas ocasiones solamente es nuestra creencia queriendo ser corroborada.

Todos tenemos creencias, sin embargo, tú, ¿Sabes si tienes alguna creencia? ¿Sientes o piensas algo de ti mismo o de los demás que sientes que pasé lo que pasé jamás va a cambiar?

¡Esta semana me gustaría que te dieras permiso, con paciencia, de reflexionar acerca de estas preguntas!

¡Hasta la próxima!

 

Lorena López Niño de Rivera

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