Regresamos a lo básico

Martha Sánchez Navarro

Martha Sánchez NavarroLa modernidad nos ha alejado de nuestras raíces, de lo básico. Hemos ganado mucha comodidad a costas de nosotros mismos, olvidándonos de lo natural. Nos hemos desconectado de la naturaleza y nuestro biorítmo. Construimos edificios altísimos, centros Comerciales, Hoteles, sin mantener un orden y respeto por la madre Tierra que nos contiene, apoya y provee de todo lo que necesitamos.

No estoy en contra de la evolución, pero sí de la destrucción de nuestros manglares, bosques y playas. Cuando hay un derrame de petróleo en el mar, se penaliza al responsable, sin entender que no hay dinero que alcance para comprar otro mar o ríos. Debemos regresar a honrar a los elementos, a la tierra, el agua, el aire y al fuego. Empezando por casa, enseñando a nuestros hijos a amarlo y cuidarlo, entendiendo que ésta es nuestra casa y que todo y todos estamos conectados.

Hay un aforismo hermoso que dice «No se moverá un solo grano de arena, sin que todo el Universo se conmueva». La tecnología hay traído grandes avances, pero también nos ha separado cada vez más de nosotros mismos. Los chavos ya no salen a acampar y convivir con la naturaleza, por las incomodidades que esto implica. No todos claro, pero son pocos y cada vez son más los que se quedan pegados a una tele, video juego o celular. Están viviendo una realidad virtual, dejando de lado la realidad, real.

La película de Wall-e expresa perfecto lo que quiero decir. Se acababa la vida en el planeta y viven en una nave en el espacio, donde todos están sentados individualmente, frente a un monitor, gordos y con las piernas cortitas de no usarlas. Viven a través de la pantalla viendo películas, deportes etc sin moverse, comiendo hamburguesas, tomando malteadas, con una alberca debajo de ellos, que nunca usan. Parece ciencia ficción, pero no estamos tan lejos! Los chavos tienen obesidad por comer de más y no moverse.

Cuando yo era niña me encantaba salir al campo a buscar bichos, a correr y subir árboles. Andaba en bicicleta y nadaba cada vez que había la posibilidad, hasta que los dedos se me hacían pasitas, sin importar que estuviera fría. Ir al campo era un agasajo, me sentía libre y feliz. Me gustaba ver el cielo estrellado y buscar las Constelaciones, hacer fogatas y asar bombones. Cada vez más se está perdiendo todo esto en aras del progreso! ¿Qué progreso?, siento que más bien es un retroceso de lo que realmente importa. Se vende el agua y si pudieran también nos venderían el aire, que cada vez contaminamos más. Nos sentimos superiores a la flora y fauna, descuidando la sin entender que todos necesitamos de todo. Se han perdido los rituales, el amor y respeto para la naturaleza.

Te invito a regresar a lo básico, camina más, báñate con agua fría cuando sea necesario y disfrútalo. Come más sano y agradécelo todo, esos alimentos están dando su vida por la tuya.

Bien dicen, «educa a tu hijo con un poco de hambre y un poco de frío»

Te quiere Martha

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