El ego es todo aquello que se nos mueve, cuando recibimos una alabo o una crítica! Y ambas son falsas. ¿Por qué? Toda percepción, es una proyección. Lo que nosotros vemos afuera, es nuestro estado mental, reflejado. Cuando estamos enamorados, vemos todo hermoso, de colores, porque vemos el mundo cómo nos sentimos. Entonces esto también quiere decir, que cuando vemos guerra afuera, no es más que nuestra propia guerra reflejada. Visto en positivo, está hermoso, pero en negativo no queremos muchas veces hacernos responsables y preferimos echarle la culpa a, quien se deje. El «ego» es el miedo, es lo contrario al Amor, a esa energía que nos creó y la misma que nos permite ser co creadores.
El miedo es parte natural de la máquina, de nuestra parte física, el miedo viene inscrito como un sistema de supervivencia. Gracias al miedo no nos aventamos de un 5o piso o nos ponemos frente a un tren andando, desde el inicio de los tiempos, el miedo ha sido una gran herramienta para sobre vivir y aprender de la experiencia. La máquina se activa con el miedo para la huida o para pelear. Pero eso era antes, cuando vivíamos en las cuevas.
El día de hoy, tenemos la mayoría de nuestras necesidades resueltas y el miedo sigue ahí presente, como una alarma, si se cae un plafón cerca de nosotros, ni siquiera lo pensamos y pegamos un brinco para esquivarlo! Pasa en automático y es una maravilla que nuestro cuerpo solito reaccione desde el inconsciente para mantenernos con vida. Pero de ahí a darle tanto espacio al miedo, es una locura.
Teníamos miedo a la muerte, olvidándonos que la vida es eterna, que lo que muere o caduca es el cuerpo y que nosotros no somos un cuerpo, tenemos un cuerpo. Lo que somos es un espíritu, que no enferma, no envejece, no muere. Siempre ha sido y siempre será.
Otro miedo común era a «enfermar», nos creíamos un cuerpo y además pensábamos que el cuerpo era un vehículo frágil y que podía fácilmente dejar de funcionar, pensando que la salud era un regalo, que no todos teníamos o casi nadie mantenía. Olvidándonos que lo natural, es estar sanos. El día de hoy está comprobado, que nuestro cuerpo expresa a través de los síntomas, nuestros pensamientos y emociones negativas, mandando un mensajes para que ese pensamiento o emoción sea corregida y que la salud se restablezca en la máquina.
Miedo al «abandono» nos educaron a buscar la felicidad fuera de nosotros, de hecho en alguien más, haciéndonos sentir incompletos, creyendo que éramos una media naranja y necesitábamos encontrar a alguien más. Nadie nos habló del auto amor, que se valía quererse a uno mismo y después compartir ese amor con alguien más, en lugar de esperar que la otra persona nos hiciera feliz.
Y el miedo a «la pobreza» pensando que no había suficiente, que no alcanzaba o simplemente que no merecíamos. Vivimos en un mundo abundante, donde el Cosmo entero conspira con nosotros y no nos dábamos cuenta, que eran nuestro pensamiento de escasez y miedo los que impedían que el bien y la prosperidad fluyera hacia nosotros.
Se dice que donde hay miedo, no hay amor y que donde hay amor, no hay miedo, también que donde hay amor hay todo! No podemos erradicar el miedo de nuestras vidas, pero sí podemos quitarle poder, no tomándonos tan en serio, ni personal todo lo que nos pasa y como decía San Agustín «Ama y haz lo que quieras» regresemos a nuestra energía original, al amor. Y recuerda que la caridad, empieza por casa.
Te quiere Martha