Vienen un sinfín de motivos (pretextos) para gastar: adornos navideños, posadas, festejos de fin de año, intercambios, regalos, la cena de Navidad, ropa, el viaje, el vino y los refrescos etc. Ojo: “El aguinaldo no es para este tipo de gastos”
Aprovechemos ésta época para convertirnos en consumidores responsables e inteligentes.
Lo primero que debemos de tomar en cuenta y es de suma importancia; es que jamás debemos de gastar más de lo que ganamos. Ni gastar lo destinado para las necesidades básicas del hogar.
Elaboremos un plan de gastos, tomando en cuenta nuestro presupuesto dónde se reflejan ingresos, egresos ordinarios y extraordinarios y ahorros. Identifiquemos la diferencia entre “deseo y necesidad”.
Una necesidad es todo aquello que necesitamos para vivir: trabajo, comida, vestido, vivienda, transporte, educación y medicinas. Y un deseo es todo lo demás.
Diferenciar una necesidad de un deseo tiene su complejidad; confundimos ambos conceptos; creemos y nos convencemos que un deseo es una necesidad; cuando en realidad era un deseo y viene la culpa post-compra.
Esto suele ser normal por el bombardeo de publicidad con el que nos enfrentamos día a día en los diferentes medios de comunicación, centros comerciales, internet, etc. Su función es precisamente esa; convencerte que X o Y productos son indispensables casi casi para vivir.
Para no caer en la tentación y, que no nos gane la necesidad de comprar ese deseo; es pensarlo 1, 2 ,3 y hasta 4 veces, crea diferentes preguntas: ¿Para qué lo usaría? ¿Cuál es el tiempo de vida del producto? ¿Tengo algo similar o igual?, ¿En qué me ayudaría? ¿Él costo-beneficio es adecuado? realiza las preguntas que consideres necesarias antes de realizar la compra. Y de verdad te lo digo, funciona!!!!
Si ya estás convencido que es una necesidad; antes de comprar compara precios; es increíble la variedad de precios de un mismo producto y te sorprenderás de la cantidad de dinero que puedes ahorrar.
Por supuesto que no es malo tener deseos; al contrario son alicientes para superarnos y esforzarnos por obtenerlos. Hay de deseos a deseos; considero que es más importante tener una casa propia; que un auto último modelo.
Los siete pasos de un consumo inteligente son:
1.-CONSCIENTE: Conocer nuestros derechos y obligaciones, y asumir las consecuencias de nuestra manera de consumir.
2.-INFORMADO: Comparar calidad y precio, pensando en satisfacer necesidades reales y en invertir antes de gastar.
3.- CRÍTICO: Se objetivo ante la publicidad y la moda, y valorarse por lo que se es y no por lo que se tiene.
4.- SALUDABLE: Llevar una alimentación balanceada, evitar fumar, procura un consumo bueno para la salud.
5.- SUSTENTABLE: Elegir productos ecológicos, ahorrar energía y agua, separar la basura y generar menos desechos.
6.- SOLIDARIO: Preferir productos artesanales o de empresas socialmente responsables, con políticas laborales justas y procesos de producción limpios.
7.- ACTIVO: Hacer alianzas con otros consumidores, o con Profeco para defender nuestros derechos.
Algunos tips para no comprar cosas que no necesitamos:
- No vayas al súper sin haber comido (todo se antoja).
- Nunca, pero nunca, creas que el ir de compras te quitará la tristeza o la depresión.
- No vayas de compras para perder el tiempo.
- Nunca compres cosas sólo para impresionar a alguien.
- No compres sólo por el simple hecho de que algo este de oferta.
- Nunca compres por imitación.
- No compres por impulso.
- No compres sin antes haber planeado y pensado la compra.
Por supuesto que hay deseos que no cuestan cómo el mío; que es el deseo de haberlos ayudado un poco con este tema, para que sus finanzas no se vean tan afectadas en ésta época.