Es muy importante reconocer los hábitos que te auto sabotean. Muchas veces lo que te ha permitido estar donde estás hoy no es lo que te facilitará llegar a donde quieres. Tendemos a actuar en piloto automático repitiendo conductas que podemos creer que son parte de nuestro carácter.
¿Por qué aun sabiendo qué se quiere y qué se necesita cambiar es tan difícil hacerlo?
Creencias que atascan:
- La ambición es mala: Las mujeres con un “high profile” son generalmente criticadas de ser muy ambiciosas y demasiado interesadas para ser confiables.
- Ser una buena persona implica no desilusionar a nadie: Por lo tanto para vivirte como buena persona requieres negarte a ti misma para no “traicionar” a los demás, y así no sentir la culpa y la vergüenza de defraudar.
Estas creencias se basan en la idea de que las mujeres han de priorizar las necesidades de los demás por encima de los propios. Y de las creencias surgen los hábitos…
Hábitos que limitan a las mujeres para lograr sus metas:
- Esperar que los otros de forma espontanea se den cuanta y premien tus contribuciones: Tú necesitas ser la promotora de ti misma. No es suficiente trabajar mucho y dejar que el trabajo “hable por sí solo”, también hay que comunicarlo.
- Construir más que aprovechar las relaciones: Las mujeres somos especialistas en construir relaciones, pero pocas veces las construimos para catapultar nuestras ambiciones. Aprovechar relaciones es:
- Reciprocidad: “Ayúdame y te ayudo”, explícita o implícitamente.
- Conseguir tácticas para acciones a corto plazo y estrategias para logros a largo plazo.
- Es intencional. Estableces las relaciones con un propósito especifico a diferencia de cuando construyes una amistad. Ofrece recompensas medibles y concretas y no como en la amistad que son subjetivas.No tienes menos poder que los demás y no es un abuso aprovechar una relación: busca el ganar-ganar y arriésgate.
- La trampa de la perfección:
- Crea estrés en ti y en los que te rodean.
- Te atasca en detalles y te distrae de la perspectiva más amplia.
- Los pequeños errores te derrumban.A los hombres ejecutivos se les premia más por ser atrevidos y correr riesgos y a las mujeres por su precisión y corrección lo cual crea mucho temor a cometer errores.
Existe un perfeccionismo saludable, pero no impide delegar con responsabilidad; prioriza en vez de acaparar la acción, sobrecargándote, para que todo salga “perfecto”. ¡Confía en los demás!
- La esclavitud a agradar: Querer que todos a tu alrededor se sientan bien y te quieran puede ser un problema ya que no te permite actuar con autoridad. Además, puedes dejar de ser buena aliada o ser poco confiable porque te limita excesivamente la opinión de los demás. Poder leer las necesidades ajenas tiene ventajas, pero querer ser siempre motivadora, conectada y comunicadora con todos puede ser una limitante.
- Minimizarte: Achicarte, agarrar el último asiento, encogerte de brazos y piernas, agacharte, etc. perjudica tu habilidad de proyectar autoridad y poder. Lo mismo con el lenguaje diciendo “perdón, solo digo algo rápido”, o bien hablando de un “nosotros” cuando lo que toca es decir “Yo”. Así das la imagen de que lo tuyo es menos importante y no quieres quitarles el tiempo.
- Dejar que tu radar te distraiga: Las organizaciones privilegian la observación de laser: poner foco a lo central. Es importante aprender a replantearte la información que notas. Esto no implica escoger entre los pensamiento que vienen a tu mente y lo que quieres comunicar sino integrar toda la información de tu cerebro izquierdo y derecho y poner foco a lo que en ese momento quieres hacer.
Empieza con una cosa a la vez:
Hay hábitos a los que te apegas porque te sirvieron en el pasado. Es difícil reconocer que lo que una vez fue útil hoy puede no servirte porque las conductas familiares las sentimos parte de nosotras mismas. Pero dejarlas ir o usarlas solo cuando es necesario ayuda a crecer.
Es necesario que cada vez más y más mujeres se posicionen en puestos de poder y de influencia. Espero que estas ideas te ayuden a llegar al lugar que quieres en tu rama de experiencia, en tu trabajo y en tu organización para que así seas una mujer que pueda hacer una diferencia positiva en nuestro mundo.
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