Ya sea blanco, tinto o rosado, una copa de vino es el complemento ideal para cualquier comida. Pero debes tener cuidado al elegir, pues lo mismo puede exaltar que arruinar los sabores de tus alimentos. Y para que no quedes mal con tus acompañantes, échale un vistazo a estas ideas para elegir un buen vino.
Lo cierto es que elegir un buen vino no es una tarea sencilla, ya que además del color debes tomar en cuenta el grado de alcohol y añejamiento, entre muchas otras características.
De acuerdo con el sommelier Alberto Cervantes, para elegir un buen vino debes conocer tus gustos, pues no a todas las personas les agradan los vinos espumosos, los afrutados o secos. Una vez que determines tus preferencias la elección será más sencilla.
7 ideas para elegir un buen vino
1.- Ocasión.
Debes tomar en cuenta en qué circunstancias te vas a tomar esa botella, pues no es lo mismo beber vino con tu pareja, que con tus amigos o en una reunión de trabajo. También debes considerar el clima, pues si te tomarás la botella en un lugar caluroso y húmedo, puedes elegir entre el blanco, el espumoso o el rosado. Ahora que si se trata de un clima fresco, lo mejor es el vino tinto.
2.- Etiqueta.
El nombre y apellido de cada vino lo encontrarás en su etiqueta. El nombre viene de la variedad de uva que se necesitó para elaborarlo. Así, los vinos blancos obtienen su característica especial de uvas como la Chenin Blanc, Sauvignon Blanc, Torrontés, Chardonnay y Semillón. En tanto, los vinos tintos salen de uvas rojas como la Pinot Noir, Malbec, Syrah, Merlot y Cabernet Sauvignon. Cada variedad de uva crea un vino más seco o más dulce, por lo que saber cuál es el sabor que buscamos nos ayuda más a conocer el nombre del vino que queremos.
3.- Cosecha.
El año de cosecha de las uvas determina la edad del vino y por tanto su sabor. Cuando la etiqueta marca el mismo año en que se compra la botella, o uno cercano, se trata de un vino fresco con un ligero toque de acidez, a diferencia de los vinos añejos que tienen mucho cuerpo, color y complejidad en el gusto y el olfato.
4.- Color.
Analizar la variedad de tonos, intensidad, transparencia y brillo de un vino te ayudará a detallar su sabor. Si su color es profundo se trata de un vino intenso, en tanto que si brilla más es fresco. En el caso del tinto, Si tiene colores rojizos está en perfectas condiciones, mientras que si tiene tonos cafés está en declive. Con el vino blanco debes buscar tonalidades doradas y no color ladrillo, éste último es señal de que hay notas oxidadas presentes.
5.- Cuerpo.
El grado de alcohol de un vino determina su cuerpo, mientras más viscoso, mayor contenido de alcohol. Así, los vinos de cuerpo ligero tienen hasta 10.5% de grado de alcohol, mientras que los que llegan a 12.5% tienen un cuerpo medio. Pasando los 12.5% se trata de un vino con cuerpo.
6.- Alimentos.
Recuerda que el vino debe ir de acuerdo a la grasa y acidez del platillo que va a acompañar. De ahí que el vino blanco sea ideal para los pescados, los tintos para carnes rojas y los espumosos con los postres.
7.- Atrévete.
Aunque hayas encontrado un vino que se ajusta a tus gustos y necesidades es importante que te aventures a probar otros. Sólo así podrás conocer la infinidad de opciones que existen en el mercado y formar tu propio criterio sobre lo que es un buen vino.
¿Hay alguna característica extra que consideres al elegir un vino? ¿Cuáles son tus favoritos?
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