¿Eres de esas personas que prefieren viajar durante horas en un autobús antes que subirte a un avión? ¿La idea de volar te aterra tanto que evitas visitar otros países?
Pese a todos los escenarios desastrosos que has imaginado, la posibilidad de que el avión en el que viajas se caiga es prácticamente inexistente. De acuerdo con la estadística diseñada por Arnold Barnett, profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), la probabilidad de fallecer al tomar un vuelo al azar es de 1 entre 3.1 millones. Una cifra bastante baja, ¿no crees?
Si los números no te convencen y si la simple mención de la palabra volar te hace sufrir un ataque de pánico, aquí te dejamos algunas ideas para ayudarte a superar tu miedo:
- Infórmate. Olvídate de todas las escenas catastrofistas que has visto en el cine y la televisión. Aprende un poco sobre los aviones y su seguridad. En internet encontrarás mucha información que te ayudará a ser más realista sobre los riesgos de volar.
- Asiento. Evita a toda costa el asiento junto a la ventanilla. Por mucho que te lo propongas no hacerlo, en algún momento voltearás y verás la altura a la que te encuentras. Inevitablemente, la escena disparará todas tus alarmas y el pánico se hará presente.
- Tripulación. Antes de que tu imaginación te domine, observa a la tripulación. Sus caras y actitudes serán la perfecta señal de que existe algún problema. Si los ves tranquilos es porque no tienes nada de qué preocuparte.
- Turbulencias. Conservar la calma durante las turbulencias representará un verdadero reto, pero debes respirar hondo y concentrarte en algo más. Ten presente que las turbulencias son cambios de dirección y velocidad en las masas de aire, pueden afectar a la comodidad, pero no a la seguridad del avión.
- Ansiedad. Si sabes que volar te provoca ansiedad, aprende técnicas para manejarla. La meditación y los ejercicios de respiración son excelentes opciones. Practícalos en momentos de calma, de esta manera estarás listo para usar estas herramientas en momentos de verdadera ansiedad.
- Pasatiempos. Que mejor manera de evitar los pensamientos negativos que ocupando tu mente en otras cosas. Lleva contigo libros o revistas que leer. Escucha música o disfruta de la película abordo.
- Comodidad. Lo último que necesitas a la hora de volar es sentirte incómodo. Usa ropa ligera y que no te apriete. Evita los tacones. No comas en exceso antes de subir al avión y no recurras al alcohol para relajarte. La mezcla de la comida, el alcohol y las turbulencias puede ser desastrosa.
Lo más importante es que tengas presente que el avión no es la fuente de tu miedo, sino todos los pensamientos que aparecen en tu mente cuando te subes a uno. La clave para volar es alejar todas esas ideas catastrofistas.
Fuente: Imanes de viaje, Volando sin miedo, El Diario