Con la idea de tener una casa impecable, compramos todos los productos de limpieza disponibles en el mercado. Mientras en el pasado bastaba un poco de jabón y cloro para eliminar la suciedad, hoy tenemos limpiavidrios, detergentes, quitamanchas, limpia pisos, destapa caños, insecticidas y pesticidas, por mencionar sólo algunos de los artículos más demandados, pero tal ves estás dañando la salud de tu familia y no lo sabías.
Lo cierto es que todos estos productos contienen sustancias que los vuelven nocivos para la salud. Los efectos secundarios pueden presentarse a corto, mediano o largo plazo, pero siempre hay consecuencias; así que valdría la pena erradicar su uso.
Algunos de estos productos son:
- Sosa cáustica.
Aunque es uno de los productos más amigables con el planeta, tu cuerpo no corre con la misma suerte cuando lo utilizas para limpiar tu casa. La sosa cáustica puede quemar tu piel con un simple contacto, sin contar que inhalarla puede provocar quemaduras en las vías respiratorias. - Limpiavidrios, limpia pisos y quitamanchas.
La mayoría de estos productos de limpieza están fabricados con dietanolamina (DEA) trietanolamina (TEA) 1,4-dioxano, etileno glicol (monobutil éter), etoxilatos de alquilfenol, Butilcelosolve, Formaldehído, etoxilato de nonilfenol y fenoles. Estas sustancias están asociadas con problemas de fertilidad en hombres y cáncer de mama en mujeres, también provocan daños neuronal, hepático, renal y de médula ósea. Eso sin contar que los fenoles afectan las vías respiratorias el sistema circulatorio. - Lejía.
En pocas cantidades y diluida, la lejía es el limpiador que menos afecta la salud; sin embargo, el uso excesivo puede causar irritaciones en la piel, lesiones en las vías respiratorias y quemaduras en el estómago y esófago. Si decides seguirla usando, recuerda jamás mezclarla con otros productos de limpieza o vinagre, pues elevarás su grado de toxicidad. - Amoniaco.
Aunque se considera un producto de limpieza inocuo, el amoniaco puede ocasionar quemaduras en la piel, ojos y vías respiratorias. Además de que sus vapores suelen provocar desmayos. Si tienes amoniaco en casa, recuerda que no debe estar al alcance de los niños, pues su ingesta provoca quemaduras en el esófago y el estómago, así como hemorragias y lesiones graves en el aparato digestivo. - Destapa caños.
No hay producto más dañino para la salud que los destinados a la limpieza de drenajes, cañerías e inodoros. Al contener hipoclorito de sodio, ácido o hidróxido de sodio, estas sustancias son altamente corrosivas, por lo que causan quemaduras graves en la piel y vías respiratorias. Debes manejarlos con cuidado y jamás dejarlos al alcance de los niños. Si se ingieren, pueden provocar daños permanentes en los órganos. - Pesticidas y desinfectantes.
En su mayoría, estos productos contienen formaldehído, una sustancia altamente cancerígena; por lo que se recomienda que dejes de usar estos artículos cuanto antes. - Naftalina.
Aunque las bolitas de naftalina son el arma perfecta para proteger tu ropa de la humedad y las polillas, sus ingredientes (p-diclorobenceno y naftaleno) son altamente tóxicos, pues ocasionan dolores de cabeza, náuseas, irritación de la piel, daño hepático e insuficiencia respiratoria.
Lo más importante siempre será la salud de tu familia, así que siempre será mejor que utilices productos naturales.
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