En colaboración con Black Market, el Museo de la Ciudad de México inauguró anoche al filo de las 7:30 p.m. la exposición “Duffy/Bowie: Five Sessions”, donde todo aquel amante azotadísimo de este ídolo del glam rock puede apreciar en 42 fotografías las 5 etapas por las que Bowie pasó para transcender en diferentes personajes que se hicieron icónicos a lo largo de su trayectoria musical.
Ser testigo de esta exposición es como navegar en un mar de historias, donde Duffy prácticamente la armó de psicólogo de David en el armado de cada icono hecho portada, como lo fue en su momento Aladine Sane, uno de los álbumes más representativos de la cultura pop en el que nuestro ídolo musical aparece con un gran rayo tricolor en la cara y del que Brian a través de su ojo clínico inmortalizó a uno de los héroes de nuestro Bowie: El Rey, Elvis Presley, quien portaba ese rayo en una versión más diminuta en su avión y en su auto.
Gracias a esta expo, el trabajo fotográfico de 8 años entre Duffy y Bowie, trascendió la cotidianidad para convertirlo en ese hombre misterioso, alienígena y camaleónico que conocimos con alter egos como Ziggy Stardust, en combinación con esa capacidad casi mágica y poderosa de en veces parecer una fémina y otras uno de los hombres más atractivos, dejando con ello huella no sólo en la música, si no también en el cine, en el teatro y en la moda.
A casi un año de la partida de nuestra “Mona Lisa del Pop”, la exposición Duffy/Bowie: Five Sessions, revive al genio musical y lo traslada al Museo de la Ciudad de México de martes a domingo de 10 a 18 horas bajo la módica cantidad de 28 pesitos. ¿Vamos?
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