¡Hola! Para esta columna, retomare el viaje que realicé con mis amigas hace un par de años y del cual hice referencia en una de mis publicaciones pasadas.
Éramos 8 mujeres reunidas para salir de viaje, cada quién dejando detrás un trabajo, hijos y casa. Como siempre, íbamos con la mejor actitud y ganas de divertirnos, yo sabía que no sería fácil ya que convivir más de 3 días con las mismas personas no está sencillo pero lo logramos y nuestro viaje fue un éxito, claro, cabe destacar que hubo un par de “intervenciones” en donde nos dijimos la neta, que comentario no nos había gustado en cierto momento del pasado, qué actitudes teníamos que cambiar o mejorar y pues eso equilibro un poco el ambiente y la despedida siguió su camino.
Les contaré sobre alguien muy especial para mí, Bárbara, ella es mi amiga desde secundaria y hemos compartido muchos momentos y anécdotas, la quiero, admiro y respeto. Es parte de mi familia, yo la elijo como tal por lo bien que nos conocemos, tratamos de vernos seguido y hasta podría jurar que es hija perdida de mi papá jajaja, la veo y conozco más que a la mayoría de mis primas y el cariño que nos tenemos es recíproco.
Desconozco como lo hace, pero hace TODO, es mamá de una niña y niño hermosos (son cuates), es esposa, gerente de una gran empresa, amiga, ya estudió una maestría y la cereza del pastel, es la mejor rumbera y da unos super consejos de mamá. Tiene un nivel de organización bruto, el día le dura más de 24 horas y ella sale bien librada de todas sus actividades, porque además todo le sale bien y nunca, como lo leen, nunca se queja, al contrario, le pone más ganas y amor a las cosas, para mi es una “superwoman” y es una mujer entrona que no le tiene miedo a nuevos retos.
Retomando el viaje que hicimos, la persona que tenía más actitud, ganas de fiesta y pasarla bomba era ella. No sé cómo diablos saco energía para no dormir en 3 noches, bailar, caminar, organizar al grupo, regañarnos, reír sin parar y enfiestar como cuando éramos unas pubertas. Yo traté de seguirle el ritmo, pero me fue casi imposible y la tercera noche me adelante a dormir.
Quisiera tener un contagio de esa energía infinita y seguir los pasos de la “mejor rumbera” porque siempre se puede y no hay imposibles si lo buscas, te organizas y le pones mucho amor.
Si tienen la dicha de tener a una Barbie en su vida, valórenla, aprendan de ella y piensen que no hay imposibles en la vida con dedicación y constancia. Hoy más que nunca amiga, te admiro y todo va a estar bien.
Te quiero Guera y te dedico esto con todo mi amor.
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