AMOR Y PERDON, LA GRAN LECCION


En Semana Santa y lo primero que piensas es… “¡Vacación, Yeih!”

MARIESTHERY es normal después de atender tanta responsabilidad en la oficina, en la escuela, en la casa. En fin, nadie se salva de las responsabilidades así que cuando vienen las vacaciones hay que aprovechar. Sin embargo también sería bueno atender al término Semana Santa.

Muchos de nosotros estudiamos en escuelas religiosas o venimos de familias que nos mandaron al catecismo o a la preparación de la primera comunión. Es más, si te quieres casar por la iglesia, es obligatorio hacer tu confirmación. Así es, aún tenemos mucha influencia cristiana-católica. Por lo tanto muchos crecimos con la información de la muerte de Jesús. Y digo de la muerte porque tiene más mercadotecnia su muerte que su vida.

Y sin tintes religiosos sino más enfocados al desarrollo humano, a mí me gusta mucho reflexionar en esta época sobre el verdadero mensaje de esa serie de acontecimientos que marcaron la división en nuestro calendario. Porque aunque hay quienes se rehúsan a creer en Dios, en Jesús, en la Virgen María, etc., no podemos negar que la historia se dividió en un Antes de Cristo y Después de Cristo, por lo que la importancia es enorme.

Cada viernes santo conmemoramos la muerte de Jesús en una de sus formas más crueles e injustas, como hay muchas tristemente. Murió un líder, un guía y un ser amoroso que brindó su muerte para limpiarnos a todos de nuestros pecados. Y en la cruz a punto de morir, el mensaje fue: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”

Este es un mes para reflexionar en el amor y el perdón incondicional. Es una fecha para aprovechar esta energía y entender que quienes nos dañan no sabe en lo que se meten. Hoy estamos viviendo una serie de ataques terroristas de gente que no sabe lo que hace porque sus niveles primitivos de consciencia no les permiten ver más allá. Y por otro lado están quienes deciden aplicar el juego del “ojo por ojo, diente por diente” que nos lleva a una interminable rueda de odio que a nadie ayuda.

Todos nosotros debemos elevar nuestra consciencia, hacer el bien desde nuestro pequeño entorno de influencia dando buenos ejemplos, perdonar a quien nos ha dañado por nuestro propio bien y nuestra paz interior y por supuesto aprender la lección y protegernos más. Entender que las leyes universales se aplican y la Ley de Causa y Efecto también llamada Karma hará su parte haciendo que cada quien coseche lo que sembró. Por eso es mejor negocio hacer el bien que hacer el mal.

Hace más de 2000 mil años recibimos una lección de amor y perdón. Estamos tardando mucho en aprender de ella. Hagamos el amor y no la guerra. Iniciemos una campaña de amor y reconciliación empezando por nuestra familia, nuestros vecinos, es más empezando con nosotros mismos. Aquel que ves en el espejo todos los días no necesita criticas sino amor. El amor será siempre el nivel más elevado de la consciencia humana y mientras más lo aplicas, más se expande.

Hoy celebremos la vida, no la muerte.

Mariesther Martínez Eroza

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