En entregas anteriores te he presentado algunos de los beneficios que significan el tener como custodios a los ángeles, y la asombrosa manera en la que los arcángeles pueden ayudarte en tu vida. Hoy quiero que tengas muy presente, que en cualquier momento y en todo lugar, estos seres de infinito amor estarán ahí a la voz de ya, literalmente si tú imploras su ayuda, si les pides que se manifiesten en tu vida y te permitan caminar de manera segura, al tiempo que te escoltan en tu diario acontecer.
Sé que aunque pueda sonar obvio, en momentos de desesperación aún cuando seas una persona que siempre se encomiende a ellos, hay veces en los que se les olvida; o por tanta saturación de actividades resulta que en el instante más oscuro, es como si se te borrara de la mente que los ángeles están ahí para asistirte, para llegar en el momento preciso a lograr sacarte de esa mortificación que está haciendo mella en tu vida, y no te ha permitido lograr la paz. Por tal razón, tienes que pedirles a estos mensajeros de Dios, que cuando te invada la angustia, seas capaz de recordar que ellos están allí, que te acompañan y que te ayudarán a resolver cualquier conflicto que te sea difícil poder enfrentar; por lo que es muy recomendable que hagas esta petición en una hora del día o de la noche en que te relajes, que estés tranquilo y sepas que ellos están a tu lado.
Pídeles que tu memoria en tiempos de desconcierto pueda conectarse con ellos, que la claridad se haga presente y puedas lograr estar en tiempo presente, aquí y ahora, para no dejar que la desesperanza te invada y te lleve a ser presa del estrés y la congoja que éste mismo genera. Ahora bien, si ya te decidiste a hablar con estos seres alados, hazlo con mucha fé, haciendo esta plegaria:
“Ángeles de amor, en su infinita benevolencia les pido que vuelvan sus ojos hacia mi y no se aparten de mi lado; en esta ocasión dejo en sus manos (expresar tu petición) y les pido que me llenen de fortaleza para poder bregar con lo que está aconteciendo, sabiendo que es para mi crecimiento y beneficio personal; mismo que en su momento permitirá que yo pueda ver la luz que hay en ello”.
Una vez que hayas hecho la oración, haz a un lado la aflicción y deja que todo se acomode, incluso no vuelvas a centrarte en el problema, solo deja que ellos pongan su mano poderosa en todo lo que contempla tu vida, y que generosamente en la medida que lo consideren pertinente, vayan trabajando en evolución conciente y tranquila, mientras tu recibes los beneficios de su leal, atenta y pronta ayuda.
Cuando confías las cosas son mucho más fáciles, todo empieza a tener forma y, de manera casi inmediata e imperceptible, los caminos se abren, se mejora toda situación y llega la fortaleza a tu vida.
Deseo que tengas una bendecida semana.
Georgette Rivera
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