Este 19 de septiembre fuimos sorprendidos nuevamente por la naturaleza. Todos hemos vivido eventos que nos han hecho temer y quizá han cambiado nuestra vida para siempre; puede ser eventos personales, de salud, sociales, laborales o toma de decisiones que no salen bien. Y en muchas ocasiones, si lo analizas, te darás cuenta de que había señales que quizá no tomaste en cuenta.
El 19 de septiembre no fue nada de lo anterior. Fue una circunstancia que sabíamos que podía darse por vivir en una zona sísmica, pero eso no lo hace menos difícil. El miedo a la fuerza de la naturaleza es algo que nos paraliza a todos y nos hace rendirnos ante un poder superior.
No es ser simplista ni minimizar todo lo que pasó porque sería inmoral e inhumano; sin embargo, de todo lo que vivimos siempre hay que hacer análisis y sacar la mayor lección.
Todos los seres vivos tenemos un mecanismo de respuesta llamado estrés. Este mecanismo se genera cuando nos sentimos amenazados; es una liberación de sustancias químicas que genera nuestro cuerpo y que literalmente lo preparan para atacar o huir. Un animal, por ejemplo, cuando se siente amenazado realiza este mismo mecanismo.
Me pregunto qué hubiera pasado si el único sismo hubiera sido el de 7.1 del 19 de septiembre. Yo creo que hubo una serie de señales que no entendimos y que de una forma u otra, nos preparó.
El 6 de septiembre hubo una falsa alarma que nos hizo salir corriendo y que no fue “nada”. Después, el día 7 de septiembre ya entrada la noche suena la alarma, salimos corriendo y nos azota un temblor de magnitud 8.2 ¡más intenso que el del 85! Pero menos cruel. Sin embargo, ya estábamos con el estrés a todo lo que da. Muchos no nos enteramos o no le dimos la mayor importancia a un mini sismo de 2.6 el 9 de septiembre que tuvo su epicentro al sureste de la delegación Tlalpan en la Ciudad de México y que se sintió en Tláhuac, Magdalena Contreras, Coyoacán y Xochimilco. Qué casualidad….
Luego como todo 19 de septiembre, ya ciscados, realizamos religiosamente el famoso simulacro para conmemorar el 85, cosa que por favor debemos dejar de hacer porque es como anclar el evento “ese mismo día”. Y a las 13:14 horas…PUM Sismo de 7.1 a pocos kilómetros de la ciudad más grande del mundo dañando poblaciones desde Oaxaca, Puebla, Morelos ¡Sin alarma, así sin avisar!
Cuando llegó el terrible 7.1 nuestros nervios y nuestra mente ya estaban listos con una sobrecarga de adrenalina y cortisol para salir huyendo. Y eso hicimos. La cadena de eventos nos fue preparando para correr y huir. Piensa qué hubiera pasado con muchos si hubieran decidido esperar a que pasara el temblor. Aun así, muchas valiosas y preciosas vidas no lo lograron.
¡¡Aprendamos a sentir e interpretar las señales!!