¡Tengo poco tiempo para planear un mensaje, un discurso elocuente y maravilloso! ¿Cómo le hago? ¡Que alguien se apiade de mí!
Ok, primero respira… Ahora sí.
Sé que ya sabes que lo ideal es hacerlo sin prisa, tomando en cuenta las recomendaciones que compartí contigo en mi columna anterior “Claridad mata carita” que puedes leer en este link: http://ideasqueayudan.com/claridad_mata_carita_conquista_a_tu_audiencia/
Sin embargo, también comprendo que hay ocasiones en las que tenemos que sacarnos de la manga, casi improvisar un mensaje y que, no por eso, debemos dejarlo al destino o a la suerte, ya que en cada intervención está en juego nuestra imagen, reputación, credibilidad y, probablemente, nuestro trabajo. Así que hagámoslo bien. Como diría mi abuelita Angelina: “despacio porque llevo prisa” (ya sé que la frase original es de Felipe II de España, pero a mí me la decía mi abuelita).
Hay tres aspectos que nunca deben faltarle a un argumento para que podamos jactarnos de emitir un mensaje completo, eficaz y persuasivo. Éste debe ser RELEVANTE, INTERESANTE Y MEMORABLE.
Vamos por partes.
Relevante:
Es la parte del mensaje diseñada para endulzar el intelecto, la razón de la gente. A esto se refería Aristóteles en su famosa Retórica cuando hablaba del Logos y el Ethos.
Se trata de aquello que le aporta magnitud, importancia, trascendencia, dimensión a mi idea. Normalmente se trata de datos duros o factores cuantitativos como cifras, estadísticas, porcentajes; pero también referencias históricas, citas, frases o pensamientos de figuras célebres que den sustento a una idea.
CUIDADO: Al hablar de números asegúrate de brindar una referencia que permita a tu audiencia poner en perspectiva aquello a lo que esa cifra se refiere, y así ayudarlos a generar una imagen en su mente que será procesada, comprendida y recordada más fácilmente.
Por ejemplo: “Este programa de radio lo escuchan 300,000 personas diarias, es decir, lo proporcional a llenar tres veces el Estadio Azteca todos los días con gente escuchando esta emisión.”
Otro aspecto que debes cuidar y procurar, es que los personajes célebres a los cuales hagas alusión sean conocidos, admirados y respetados por las personas de tu público; de otro modo, la idea perderá fuerza.
Interesante:
Es el mensaje dirigido al ego, a las necesidades e intereses propios de cada persona de tu audiencia.
Aquí te asegurarás de transmitirle a la gente la razón por la cual tu mensaje es importante para ellos, en su propio contexto y situación de vida.
Pregúntate: ¿Cómo es que escucharme les beneficiará? ¿De qué forma mi mensaje es trascendente en sus vidas? ¿Cómo estas decisiones o acciones les afecta o afectará directamente? ¿De qué manera esto les ayudará a ser mejores personas? ¿Qué tipo de necesidad o problema les solucionará?
En pocas palabras, el cerebro de la gente funciona así: aquello que me afecta, me interesa. Esta clave es fundamental para ganarte su atención a lo largo de tu presentación.
Memorable:
Se trata de hablar el lenguaje de los sentimientos. Son los datos blandos. Aquello a lo que Aristóteles le llamaba Pathos.
Entendamos por memorable aquello que se queda grabado en nuestra mente y trasciende al nivel de nuestra experiencia, es normalmente eso de lo que la gente sale hablando.
Para esto, tengamos presente la siguiente ley: recordamos más fácilmente lo que vemos (aunque sea en nuestra imaginación) que lo que solamente escuchamos, pero recordamos aún más lo que vivimos y sentimos. Así que será importante agregarle un toque de imaginación a tu discurso. Permite a la gente visualizar lo que dices, sé descriptivo, conviértete en un novelista que cautiva por la forma en que cuenta sus historias, da detalles que estimulen los sentidos de la gente y evoca sentimientos. Cuida la forma, tus ademanes y movimientos, modula tu voz para ser entretenido y cautívalos. Aquí puedes averiguar cómo hacerlo: http://ideasqueayudan.com/cautiva-con-una-voz-persuasiva/
Puedes utilizar recursos de Story Telling o valerte de algún tipo de apoyo externo como imágenes, videos, música, aromas, sensaciones (siempre y cuando sean congruentes con tu mensaje). Puedes recurrir a la teatralidad si es tu estilo. Fomenta la reflexión, participación, pon alguna dinámica, haz a la gente moverse de su lugar, ¡actívalos física y mentalmente! Hazlo vivencial.
Otros recursos pueden ser:
-Utilizar casos, anécdotas o testimonios.
-Metáforas.
-Comparaciones: antes y después.
-Sentido del humor (si te sientes cómodo y se ajusta a tu personalidad).
-Alegorías: parábolas, fábulas, cuentos, analogías, simbolismos.
-Frases pegajosas.
¡Usa tu creatividad! Y recuerda esta frase de la primera dama y líder estadounidense, Eleaonor Roosevelt: “Para manejarte a ti mismo, usa la cabeza; para manejar a otros, usa el corazón”.
Con esto, te asegurarás de comunicar tu mensaje de una forma convincente, elocuente, persuasiva y eficaz.
¡Hasta el próximo viernes y mucho éxito en esa presentación, chat@!
Knock´em dead!