El mundo ardió durante las primeras horas de este lunes 19 de diciembre con actos de violencia en los que la venganza como uno de los principales móviles, cobró la vida del embajador ruso en Ankara, Andrei Karlov, a manos de un policía que se hizo pasar por uno de sus escoltas.
Mientras tanto en Berlín, un camión se impactaría contra un mercado navideño, choque en el cual uno de los sospechosos resultara muerto y otro fuera detenido después de dejar un saldo de 9 muertos y 50 heridos.
Los hechos de hoy nos hacen recordar la novela del Premio Nobel de Literatura 2006, Orhan Pamuk, “Me llamo Rojo”, que bajo influencias de escritores de la talla de Kafka, James Joyce y Marcel Proust ofrece una crónica a partir de diversos narradores de los sucesos que rodean la búsqueda y la captura de un asesino.
¿A qué tipo de asesinos nos encontramos en las noticias de este lunes sangriento?
El miedo contra el miedo, la venganza, la fronterización de la convivencia y un sin fin de personajes anónimos se han ido sumando a un contexto donde las potencias y su batalla por permanecer en el trono del poder, han derivado en escenas como la de este día en el que el occidente se colapsa entre cambios de bandera y oriente se derrumba entre ataques en lo que pareciera una realidad aún más compleja.
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