En materia educativa sobrevivir a la aprobación de la sociedad global, pareciera pender de un constante modo buena onda y de mucha pose, para no ser calificado como un dictador.
Y no es que incentivemos el abuso de poder en las aulas o el maltrato, si no la vuelta de la autoridad a las mismas, partiendo de algo tan básico como saber diferenciar entre el concepto de poder y el de autoridad.
Comprender varias de las problemáticas a las que nos enfrentamos actualmente como lo han sido los recientes brotes de violencia en las aulas, pueden explicarse a través de esos dos conceptos, que si no son totalizadores, seguro nos ayudan a repensar qué podemos hacer para que nuestros profesores, tanto de escuelas públicas como privadas, cuenten con un soporte por parte de sus instituciones y por supuesto de los padres de familia o tutores.
EL PODER
Ése que confundimos con la autoridad y que nada tiene que ver con ella, se impone y se consigue legitimizando conductas por parte de los alumnos a través de recompensas y castigos, por lo cual es poco deseable en la formación de alumnos que con el paso del tiempo por las aulas se conviertan día a día en personas autónomas y pensantes.
LA AUTORIDAD
Ésa es la que necesitamos y queremos en nuestras aulas, ya que no requiere de echar mano del poder y sí de la capacidad de influencia de los profesores, así como de su prestigio moral para que los alumnos asuman ciertas conductas, como guardar silencio mientras alguien expone.
EL CLIMA DE CONVIVENCIA ESCOLAR
¿Qué pasa cuando gran parte de la población se siente cómoda con el ambiente que se desarrolla en el centro escolar donde tanto alumnos y profesores se sienten orgullosos de su calidad y relaciones? La respuesta obvia sería una buena integración de la comunidad al centro, así como buenos vínculos de amistad y de respeto entre docentes y alumnado.
RELACIONES COMPLEJAS
Insultos por parte del alumnado hacia los profesores, así como las dificultades de una buena relación entre compañeros de salón bien pueden sumarse a la interacción existente de los padres con el profesorado ¿qué tanto existe? Y dentro de ese trato ¿qué tan buenas relaciones se dan? ¿se promueve la autoridad del profesorado por parte de los padres de familia y administrativos de la escuela? ¿se demerita la labor de los maestros? ¿qué relaciones estamos promoviendo en nuestras aulas?
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