El tema de hoy, en todas las redes sociales es Barbara Palvin, el nuevo ángel de Victoria’s Secret. La modelo de 25 años, de 1.75 mts y 55 kilos que se supone entra como “plus size” o “talla extra”.
Si es cierto –o no-, ya no importa mucho, lo verdaderamente importante es toda la polémica que se ha generado alrededor de este evento.
Claramente, alguien que pesa 55 kilos y mide 1.75 está por demás decir que está lejos de ser “una talla extra large” ¿Qué mensaje nos estarían mandando con esto?
Lo triste es que existen personas, con una imagen corporal tan distorsionada para las que una mujer así, les parece “gorda” e incluso le han hecho comentarios en sus redes y aquella ha tenido que salir a “defenderse” y decir que se siente a gusto con su cuerpo, a pesar de que no está tan delgada como lo estaba a los 18 años. Whaaaat?!
Puedo entender que la belleza es subjetiva, pero sí hay estándares para identificar si alguien está por encima –o por debajo- de un peso saludable… ella –por mucho- no está por arriba de lo que clínicamente llamaríamos sobrepeso, mucho menos obesidad de ningún tipo.
Quizás esto es personal, siendo una mujer que ha batallado con el peso y la auto imagen corporal casi toda mi vida, me parece ridículo que siquiera discutamos esto. Pero, sobretodo, me parece triste que la gente, los medios, la moda, la cultura… no note el impacto de estos estándares de belleza. Yo fui bulímica y ha sido todo un proceso hacer las paces con mi cuerpo, con la alimentación, con mi sentido de attractiveness y si bien, hoy la llevo bien conmigo, ha sido un camino laaargo y algo tortuoso; así que, seguramente, por eso este tipo de situaciones me despiertan todas las alarmas.
Tu ¿qué tal te llevas contigo misma(o)? Porque, hay que decirlo, los estereotipos de belleza no aplican sólo para mujeres, también para ellos hay cada vez más exigencia. La pregunta del millón de dólares ¿Por qué les hacemos caso? ¿Cuántas personas realmente alcanzan ese estándar? Te lo digo fácil… prácticamente nadie porque siempre hay algo que no va a encajar; incluso el hombre más guapo o la mujer más atractiva, te lo firmo, tiene algo de qué quejarse, hay algo de su cuerpo que no la/lo mata de pasión porque el estereotipo busca la perfección y eso, perdón, no existe.
Lo que nos vuelve humanos es justo la imperfección y lo que hace una cultura y una convivencia rica y diversa, son nuestras diferencias. ¡Qué lindo descubrir cada cuerpo y ver lo diferentes que somos entre nosotros… no hay un cuerpo igual a otro y eso, a mi me parece, habríamos de celebrarlo!
Esta semana, mi invitación es justo esta, celebremos nuestras diferencias, nuestros defectos; eso que nos vuelve únicos. Nuestros cuerpos, más allá de la forma, es el vehículo que tenemos para sentir, percibir, conocer, disfrutar e interpretar el mundo ¡Aprendamos a quererlo un poquito más!
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