Sin duda, el lenguaje es una herramienta muy poderosa y definitiva cuando creamos nuestra realidad. De eso se dio cuenta Diana cuando cambió su diálogo interno para expresarse mejor. Antes, cuando se le preguntaba cómo se sentía, solía responder: “A pesar de que tengo hijos, me siento muy sola.” Entonces, tú podrías pensar que no valora la compañía de sus hijos o que no es suficiente y por eso se sigue sintiendo sola. Si bien no era lo que quiso expresar conscientemente, la manera en que usó el lenguaje determina la realidad que creó.
Algunas veces usamos la frase “a pesar” para marcar algún contraste, pero la realidad es que aprendimos a usarla para darle un significado negativo a una experiencia en tu vida. Cuando mi cerebro procesa la información, lo hace de atrás para delante, de tal forma que, en el ejemplo anterior, lo que queda en la mente de Diana es: “me siento muy sola”. Además que desmerece totalmente la compañía de sus hijos cuando usa el “a pesar de”. ¿Qué tal si en cambio de usar estas palabras reformulas la manera en que te expresas?
Una manera de hacerlo es seguir el ejemplo de Hugo, que decía: “a pesar de que tengo trabajo, me llevo mal con mi jefe.” Se enfocó en la mala relación o percepción distorsionada que tenía del jefe, mientras que desvirtuó el agradecimiento por tener un trabajo. Hugo se dio cuenta y cambió esa expresión por: “Quiero mejorar la comunicación con mi jefe y gracias a la vida tengo trabajo”. Suena diferente, ¿cierto?
¿Por qué es tan importante que Hugo reformulará su manera de usar el lenguaje? Al hacerlo no solo se enfoca en un pensamiento activo creador, sino que también es una manera de agradecer y darle un valor inmenso a lo que tiene. Contrario a cuando se enfocó en lo que no tenía, quejándose, culpándose y sintiéndose como una víctima.
Entonces, ¿cómo es que replantear la manera en que hablamos ayuda a manifestar las realidades que queremos y nos merecemos? Lo hace porque nuestra energía está en donde centramos nuestra atención y si agradecemos y nos expresamos desde el amor, nos hacemos merecedores de más abundancia. ¿Qué pasaría si la próxima vez que uses un “a pesar de” piensas, conscientemente, lo que realmente quieres decir? Como siempre, está en tus manos elegir la vida que quieres vivir.
Con cariño Rocío Suárez