Nadie se baña en el río dos veces
Porque todo cambia
En el río y en el que se baña.
Heráclito de Éfeso.
En estos días me tocó escuchar más de una vez, por diferentes personas que el tiempo se va muy rápido. Inclusive una de estas personas me dijo: ¡No manches 10 años ya pasaron y se fueron bien rápido!
Yo creo que en verdad es algo que las personas creen; pero debo expresar que yo no lo creo. Porque, 10 años fueron 3`650 días aproximadamente (variando por años bisiestos) lo que nos habla que fueron miles de oportunidades para llegar a donde hoy día estamos.
Somos el resultado de las elecciones que tuvimos ayer, mas no somos el ayer.
Somos indiscutiblemente un holograma del presente constante, muchas veces arrastramos mucho pasado y eso nos trae nostalgias. Pensando en el ¿qué pudo haber pasado si hubiese hecho tal cosa en lugar de lo que elegí? O peor aun, reclamándonos tales hechos; así es como mal invertimos nuestras horas y en el futuro continuaremos en ese ciclo de reclamos y de errores.
En otras ocasiones nos desesperamos por mucho futuro; pensando: ¿qué vamos a hacer, cómo lo vamos a hacer, qué malo podría pasar? Lo que da como resultado de esta indecisión es la pérdida del tiempo. La mayoría de veces esto ocurre por temor o por falta de seguridad.
La vida no pregunta. La vida ocurre y nosotros tenemos la oportunidad de ser alumnos de ella y aprender en todo momento. Sobre ella aparecen personas que todo el tiempo nos enseñan cosas y aprender de ellos es conocernos a nosotros mismos. Cuando encuentras algo que te desagrada de una persona, por ejemplo algún hábito común. Es importante preguntarse a sí mismo ¿que hay en mí para que ese hábito me cause tanta molestia? Eso nos ayuda a estar conscientes de nosotros y de lo que somos en ese momento.
Ernesto Guevara de la Serna. El famoso “Che Guevara” solía decir: La verdad de un día no es una verdad para siempre. Lo mismo ocurre con nosotros las personas. Los que fuimos en algún momento, los que fuimos antes; Hoy la vida nos ha obligado a ya no ser los mismos. Todos esos sujetos que hicieron elecciones viven en nosotros son un cumulo grandioso de información pero, quien elige qué hacer y cómo hacerlo somos nosotros los del presente.
Pocas veces nos detenemos a creer en el uso de nuestro derecho primogénito con base en las leyes divinas. La Biblia (un libro delicioso) establece que Dios le da a la humanidad el libre albedrío. Este regalo es tan maravilloso porque todos los que tienen la oportunidad de leer esta columna como ejemplo: lo tienen en sus manos.
Podemos hacer uso infinito de este regalo y obvio responsabilizarnos de su uso. Pero pregunto lectores ¿Cuántas veces te permites hacer constancia del presente? Sólo cuando nos encontramos ante situaciones que nos ayudan a poder reconocer el paso del tiempo, como ver a tus sobrinos que hacía tiempo no veías; o regresar a un lugar donde hace algunos años vivías; o ver algún recuerdo del pasado como un ex compañero de la escuela. En ese momento salen a flote este tipo de frases y comentarios. (Acompañado de suspiros)
¡Aaaaah¡ ¿Cómo es que pasa el tiempo, verdad?
Escribo por la mayoría cuando digo que elegimos a cada momento la vida llevamos y sólo tenemos un día por día. No permitas que el cotidiano te haga parte de lo que el arroyo arrastre y sube a surfear sobre la corriente. ¿Por dónde empezar? Respira profundo y agradece; tomarnos un tiempo de cada día para hacer estas 2 cosas hará verdaderos los cambios que en nosotros aparecerán.