Hace algunos años escuché a un gran orador estudioso de la familia, decir: «Fortalece el carácter de tus hijos y deja que hagan lo que quieran en su vida.»
Por muchos años me quedó esta frase muy marcada que hasta hoy considero que fue producto de un profundo pensamiento, de este gran estudioso del tema.
Hoy cuando me refiero a la formación del carácter de nuestros hijos, para que en el futuro sean buenos líderes, analizo este tema aconsejando a los padres, que fortalezcan la congruencia en sus hijos. La congruencia es la capacidad de decir y hacer, de prometer y cumplir. Cuando una persona es congruente no sólo crea un clima de confianza en las personas que los rodean, sino que crea confianza en sí mismo y forja el carácter.
Cuando se cultiva la congruencia, fortalece la actitud de cumplir con su palabra, así como también con sus deseos. Cuando un niño aprende a cumplir con sus palabras, inicia el gran proceso de fortalecerse como persona. Fomentar el hábito de la congruencia permite a un niño decir que va hacer algo y lo cumple. Si se disciplina en cumplir con sus estudios, en sus deporte, en su vida social, se verá recompensado por la confianza que los demás le brinden, pero fortalecerá también su carácter, ya que aprenderá a decirse a sí mismo algo y cumplir esto lo fortalece como persona. Aprende que puede prometerse algo y cumplir, no como muchos que dicen y luego se justifican buscando excusas del porque no lo hicieron. Cuando los padres fortalecen esta conducta de congruencia están formando una actitud de triunfador en la mente del niño. Ya que repetidamente aprendió que puede decirse algo a sí mismo y luego hacerlo y eso es un actitud ganadora ante la vida.
Decía un gran filosofo: -«Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos.»– Cuando hacemos algo que nos hemos comprometido ahí surge la persona y modifica las conductas de postergación y de justificación para entrar en el círculo de los ganadores de la vida, son más fuertes de carácter, son más poderosos. Cuando los jóvenes aprenden el hábito de la congruencia son más seguros de sí mismo, aprenden que pueden decir algo y cumplir. Ello se forja con pequeños logros y siendo congruente con las pequeñas cosas de la vida.
Decía el famoso cineasta Woody Allen: «Las cosas no sólo se dicen, se hacen porque cuando se hacen se dicen solas». Cuando los padres se concentran en la formación del carácter, deben trabajar en la congruencia de sus actos, en actuar conforme a sus palabras. Este será el pilar de su liderazgo en la vida, ya que las personas no le creen a las personas sólo por lo que dicen, sino por lo que dijeron e hicieron en el pasado. Es la historia de las personas la que determina el nivel de lealtad, credibilidad y alianza con el que lo dice.
Los líderes tienen ascendencia sobre las demás personas, cuando cumplen y actúan. La acción determina el nivel de resultados y cuando cumplen con lo prometido se transforma en verdaderos triunfadores de su vida y de los grupos. Cuando los padres cultivan este hábito de la congruencia estarán forjando los líderes del futuro.