En mi consultorio es común recibir familiar. Muchas de las familias con las cuales he trabajado constan de padres divorciados y sus hijos con un tema en particular: cómo mantener una relación sana entre los padres por el “bien” de los hijos.
Hay algo que es común que pase con este tipo de familias: en general, cuando hay un divorcio, la pareja (o ex pareja mejor dicho) está lastimada, tiene resentimientos hacia el otro y suele tener una forma de comunicarse poco útil. ¿Qué pasa? Generalmente los hijos se ven en medio de lo que parece una batalla entre sus padres, muchas veces sintiendo que tienen que elegir por uno de los dos.
Es muy triste para mí ver cuando las familias están pasando por este tipo de situaciones porque no sólo son los padres los que terminan heridos en sus discusiones, también los hijos.
Algunas de las cosas que he observado que pasan comúnmente y son poco útiles son:
- Quejarte con tu hijo con respecto a su otro padre.
- Hacer implicaciones frente a los hijos con respecto a que el otro padre no es cumplido o cumplida con sus obligaciones.
- Hablar con tus hijos de cómo tú eres el padre realmente responsable mientras que la otra parte sólo está cuando le conviene.
- Hacer comentarios frente a los hijos que le lleven a pensar que su otro padre no los quiere (“si te quisiera pagaría puntualmente la pensión”, “un padre que quiere a sus hijos llama aunque sea una vez a la semana para ver cómo están sus hijos”, etc.).
Estos son sólo ejemplos de algunas de las principales interacciones que son muy comunes y que lastiman a los hijos. Es evidente que las acciones tienen que ver con un profundo enojo, tristeza y decepción con la ex pareja, y que sin duda son válidos. Pero aquí está ese punto clave: es un tema de pareja, no de paternidad (aunque parece que se mezclan). El enojo con el otro padre es de uno, los temas a arreglar de dinero con temas de adultos, de dos adultos que fueron pareja, que seguramente tienen muchos otros temas. Se vale que estés enojado o enojada, que para ti la otra persona sea un o una irresponsable, que te duela que no esté al pendiente de los hijos como tú lo esperarías… todo eso es tuyo.
En consulta siempre aconsejo a los padres que traten de meter lo menos posible a sus hijos dentro de sus discusiones y que con todo el trabajo que les cueste, permitan que sus hijos tengan su propia relación con el otro padre. Sé que es difícil, se mezclan muchas emociones y muchos contextos, pero poner a los hijos de un lado no les hace bien.
Si quieres empezar a hacer algo distinto te dejo estos tips:
- Trabaja tus temas con tu ex pareja: lo que sea que haya pasado entre ustedes es de ustedes.
- Ten paciencia: no esperes que mágicamente tu ex pareja cambie o haga las cosas distintas, probablemente a ambos les costará trabajo encontrar nuevas formas de relacionarse.
- Nota cuando te estén dando ganas de decirle a tus hijos algo negativo sobre el otro padre, y cuando lo observes, pregúntate ¿para qué lo harías?, ¿qué estás buscando que pase o que no pase con esa información?
- Permite que tu hijo se relacione con su otro padre como esté bien para tu hijo (ya sea viendo a su padre o madre, hablando por teléfono, o no queriendo verlo), no lo fuerces a hacer algo que tu hijo no quiere o puede hacer.
- Cuando sientas que la situación está siendo injusta, trata de ver cuál es tu parte, no te victimices.
Tener una relación “cordial” después de un divorcio es de las cosas más difíciles que he observado en terapia familiar, pero creo que la clave está en notar que en medio están los hijos, y los hijos no tienen que ver con la relación entre tú y tu ex pareja.