Ya es diciembre, estamos casi a tres semanas y media de que se termine el año y te pregunto: ¿ya sabes cómo vas a celebrar tanto la Navidad como el Año Nuevo?
En ocasiones es difícil tomar la decisión sobre el lugar en el que pasarás las fiestas, que bien puede ser con la familia, amigos, o en compañía de personas que consideras cercanas; empero, cuando tienes una pareja, ya sea que estén casados o vivan en unión libre, existe un dilema ya que tanto tú como la persona con quien compartes tu vida, quieren estar generalmente con su familia y, sin embargo, esa situación de voy a ver a mis suegros no es tan fácil de sobrellevar, pues regularmente se hacen tratos para pasar Navidad con la familia de uno y el fin de año con la familia del otro, y viceversa al año siguiente; por lo que ya en sí cuando se hacen arreglos, es porque se logra hacer un acuerdo para que las cosas no se tornen fuera de lugar o que lleguen a tomar un tinte agresivo que contraste con esta hermosa época del año.
Eventualmente suelo escuchar pláticas como:
- Si la cuñada de perenganita no quería venir a pasarla en casa de mi mamá, ¿porque está aquí?.
- Si Pedro no soporta a mi hermano, ¿por qué viene de hipócrita a brindar en esta fecha? .
- Sí odio a mi suegra, pero ni modo de que no venga.
- Yo solo hago comida de calidad, por eso no invito a mis cuñados.
- Yo no quiero ver a tus papás, así que ve a visitarlos con los niños y aquí nos vemos de regreso en dos días.
- Soy vegetariano, entonces si no me hacen comida especial no voy al Año Nuevo.
Y un sin fin de pretextos que caen como balde de agua fría sobre aquel que escucha esas cosas, y que sabe ciertamente que su amado no desea ir a compartir con los suyos ni por todo el oro del mundo. Cuando esto sucede la mejor decisión es no ir a amargarle la noche a los demás, recuerda que ellos no tienen la culpa de que de que las cosas que hay en tu cabeza les haga la vida de cuadros, así que mejor vive y deja vivir, mañana será otro día y nadie se acordará si no fuiste, pues a gracias a tu decisión no le echaste a perder la fiesta a los demás y te ubicaste donde tenías que estar; ahora bien, si no te queda de otra entonces se muy político, no hagas comentarios hirientes, groseros o llenos de odio, y compórtate a la altura como el adulto que eres.
Si no crees poder, entonces ve a buscar un terapeuta que te ayude a resolver tu indiferencia en tiempos de paz como lo es la Navidad y podrás resolver el enigma de tu padecimiento grinch.
Que tengas una bendecida semana.
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