Desde hace algunos años resurgió en muchos países el afecto al uso de plantas medicinales para el tratamiento de enfermedades o para su prevención. Conocer su uso, así como la forma en la que pueden administrarse o consumirse es una de las cuestiones más importantes a este respecto. La fitomedicina es un concepto que adentra al ser humano a conocer el uso terapéutico de las plantas, dado que es una gran responsabilidad el saber cómo y de qué manera pueden ser utilizadas, pues aunque sean naturales esto no quiere decir que sean inofensivas o que no deba tenerse precaución.
Actualmente las personas están cansadas de las experiencias negativas con los medicamentos alopáticos, por lo tanto a través de las plantas pueden obtener una desintoxicación de todos los químicos que hay en las medicinas.
Cada día surgen más efectos positivos a través de los beneficios que se obtienen al usar tés, cataplasmas, tinturas, infusiones, aceites, cremas, gotas, baños, pediluvios y otros tantos usos que surgen de los beneficios de las plantas. Es cierto también que muchas personas achacan que las bondades de la medicina natural no son tan inmediatas y puede llevarse muchos meses o años; sin embargo, el cuerpo no va a tener los estragos que le ocasionarían los efectos de los fármacos en su cuerpo.
Es importante mencionar que, en ocasiones, la medicina natural tampoco causa gran impacto debido a que no todas las personas que la practican son responsables y respetuosas del conocimiento profundo de cada planta, por lo que es casi imperativo que examines concienzudamente a la persona que consultas, pues las abuelas tenían la sabiduría sapiencial de administrar plantas y hierbas de generación en generación y sabían los resultados, estas costumbres se fueron perdiendo con el paso del tiempo al considerarlas faltas de soporte médico, o sea, científico, cosa que es completamente ridícula, puesto que está comprobado que hay recetarios antiguos en los que las abuelas condensaban su sabiduría médica.
Consejos básicos:
Para darte cuenta si estás en buenas manos, la persona a la que consultes, sea un naturópata, estudioso de la salud o medico homeópata, deberá por simple que parezca, saber explicarte la diferencia entre un té y una infusión, así que si no lo sabes es el momento.
Infusión: Las infusiones se hacen con agua muy caliente pero sin hervir, con plantas naturales que pueden ser o no té. Existen infusiones para hacer la digestión y otras para lograr conciliar el sueño, estas últimas están libres de teina, su base es la manzanilla, melissa o la cola de caballo.
Té: se preparan con agua hirviendo, su base procede de la camelia sinecis, por lo tanto contienen teina, como el té verde, el rojo o el oolong. El té no se recomienda para quienes padecen problemas del corazón o intestino irritable.
Hasta hoy sólo el 15% de la flora mundial ha sido estudiada, por lo que podemos considerar que falta mucho camino por recorrer y, mientras más estudios se hagan , mayores beneficios podremos obtener. Sigamos buscando la salud a través de lo que la madre naturaleza nos ha regalado. ¡Feliz semana!