La columna pasada hablaba acerca de la curiosidad y de cómo esta, es una gran herramienta para nuestra sexualidad. Pero, me quedé pensando, que si bien, estar en este estado es maravilloso para nuestra creatividad sexual, hay algunos otros ingredientes que le podemos agregar a nuestra receta sexual para salir mucho mejor librados y sobretodo, abiertos a nuevas experiencias.
- Meter información. Es decir, empieza por ampliar tu horizonte metiendo nueva información que me pueda dar una base sólida sobre la cual empezar a innovar. Lee, busca en internet relatos eróticos, ve películas de todo tipo –eróticas y pornográficas-, escucha podcasts o programas sexuales… todo esto te va a ir ayudando a tener una base de la cual partir y también, puede ser de gran ayuda para descubrir qué tipo de cosas te prenden, por dónde andan tus gustos sexuales.
- Hablar del tema. Sí, platicar con tus amigos(as) y con tu pareja –en caso que la tengas- acerca de esto. Intercambiar ideas de fantasías. Probablemente descubras que no eres el/la única que piensa en estas cosas. La unión hace la fuerza, así que –con todo y pena- anímate a sacar el tema y ver qué pasa.
- Seguir la propuesta. La mayoría de nosotros estamos buenos pa’ decir que NO, pero rara vez hacemos una contrapropuesta para un SÍ. Si alguien te propone algo, aunque nunca lo hayas probado –quizás ni siquiera pensado- juega con la posibilidad, déjate llevar y sigue la propuesta e incluso hazla más grande o propón algo de vuelta.
Todo esto sólo funciona si te abres a la posibilidad de que la vida no es sólo como tu la ves. La vida, como diría uno de mis socios, es un juego de seducción: seduces o te seducen. ¿Qué tanto eres tú quién seduce y qué tanto te dejas seducir y dejar llevar por las propuestas de la vida?
Esta semana, te invito a que pruebes ambos roles; cada uno tiene su encanto y vale la pena experimentar con ambas versiones. No te cases sólo con uno… si normalmente eres más proactivo(a), date chance de dejarte guiar, llevar. Si, por el contrario, dejas que la vida te seduzca, saca a ese(a) seductor(a) interno(a) y atrévete a ser tú quien proponga y marque el ritmo.