¿Cómo te está tratando la primavera? ¿Estás disfrutando de las altas temperaturas o eres como el resto de los mortales que preferimos resguardarnos en lugares con aire acondicionado?
Suponemos que te has sentido agobiada con el calor que se ha sentido en las últimas semanas. Esperas con ansias el momento de meterte bajo el agua fría de la regadera y de tomar un vaso de tu bebida preferida con una porción doble de hielos. Pero… si tú estás sufriendo con las altas temperaturas, ¿cómo crees que se siente tu perro?
Tal vez no lo sepas, pero los perros son más sensibles al calor que los humanos. De hecho, estar expuestos a altas temperaturas, por un
periodo prolongado, puede matarlos. El principal problema, es que a los canes (igual que los gatos) se les dificulta reducir su temperatura corporal.
Cuando la temperatura corporal sube tanto, que se pone en riesgo el funcionamiento de los órganos, se conoce como golpe de calor o hipertermia. Sus efectos pueden ser temporales o irreversibles, además de que puede provocar la muerte.
En promedio, la temperatura corporal de los perros es de 39 grados Centígrados. Cuando este nivel se supera, comienzan a presentarse fallas internas hasta llegar a un punto en el que sistema termorregulador pierde el control y el calor se extiende.
Los principales síntomas del golpe de calor son:
- Temblores musculares
- Falta de fuerza
- Coloración azulada de piel por la falta de oxigenación de la sangre
- Respiración acelerada y trabajosa
- Negativa a moverse
- Aceleración del ritmo cardíaca
- Alteración en la salivación
- Tambaleo al caminar
- Alteración del color de las encías
Estas señales comienzan a aparecer cuando la temperatura interna supera los 42 grados Centígrados.
Debido al golpe de calor el perro puede presentar alguno de estos efectos secundarios:
- Pérdida corporal de azúcar y sales.
- Aparecen manchas de sangre en la piel
- Hemorragia gastrointestinal
- Insuficiencia hepática
- Insuficiencia renal
- Edema cerebral
- Fallo general de los órganos
Si detectas que tu perro presenta alguna de estas señales de alerta debes intentar bajarle la temperatura. Debes hacerlo lentamente para no provocarle hipotermia. Para ello, debes rehidratarlo humedeciéndole la boca, sin forzarlo a beber y sin que beba demasiado.
Al trasladarlo a la clínica veterinaria, debes colocar paños húmedos en el cuello y cabella del peludo. Asegúrate de que el agua esté fría. También debes poner un cubo de hielo sobre el puente de la nariz, en ingles y axilas.
En caso de que no puedas llevarlo con el veterinario, debes moverlo a un sitio fresco y sumergirlo en una tina con agua a 20° centígrados, hasta que se normalice su respiración.
Cuando la respiración sea normal, mantenlo sobre una toalla húmeda hasta que lo puedas llevar con el veterinario.
Aunque lo veas mejor, debes llevarlo con el médico para que valore si necesita algún medicamento y, sobre todo, descarte daños cerebrales o alguna otra secuela.
Prevención
Para que tu mejor amigo no pase por esta dolorosa experiencia, debe:
- Tener siempre disponible agua limpia y fresca
- Estar en un espacio amplio y bien ventilado
- Contar con una zona de sombra amplia.
- Alimentarse sanamente.
En cuanto a ti:
- Evita sacarlo a pasear al mediodía, pues el calor es más intenso. Lo mejor es que salga a primera y última hora del día.
- Jamás, en serio JAMÁS lo dejes encerrado en el auto. Ni siquiera cinco minutos, pues tu coche puede convertirse en una trampa mortal.
Recuerda que tu mejor amigo depende de ti, así que debes cuidarlo en todo momento.