Sabemos ya que la vida no es color de rosa. Y cuando las cosas no son como las queremos hacemos una de dos cosas:
- O hacemos estrategias de esfuerzo para cambiarlas.
- O manipulamos: aplicamos la culpa en otros para que hagan lo que nosotros queremos o para convertirnos en víctimas evadiendo nuestra responsabilidad.
La mayoría de las personas solemos optar por la segunda. ¿Por qué? Porque es lo más fácil de hacer, aunque no lo correcto. Pero ¿qué es la manipulación emocional? La manipulación emocional es una actitud tóxica donde una persona se vale de nuestro cariño o interés hacia ella, para “hacernos sentir culpables” si no hacemos lo que nos pide. En otras palabras, la persona tiene un interés específico de que hagamos algo que a ella le conviene aunque no podamos hacerlo, aunque no tengamos ganas de hacerlo o incluso aunque vaya contra nuestros principios.
La manipulación emocional se vive en 4 principales ámbitos:
- Con la pareja,
- Con la familia (padres, hijos, hermanos, suegros, primos, etc.).
- Con los amigos
- Con los compañeros de trabajo.
La fórmula mágica incluye la victimización por parte del manipulador para lograr apelar a nuestro sentimiento de culpa y así accedamos a prestarles el coche, cuidarles a los hijos el fin de semana, ir a visitarlos todos los domingos, les prestemos dinero, etc. O bien, simplemente lo hacen para hacernos sentir mal de sus desgracias. Ejemplos: Si no me prestas tu coche, perderé mi empleo. No sé hacer nada porque por tu culpa no estudié. Si no me dejaras tanto tiempo sola no me deprimiría. Yo siempre te hago favores y tú ninguno.
¿Por qué nos dejamos manipular aun en contra de nuestra voluntad? Para la Independencia Emocional, sentirnos aceptados, amados o reconocidos nos hace sentir seguros, entonces manipulo y me dejo manipular con tal de sentirme así, pero me comprometo a mí mismo y a mis principios por una realidad que es un muy frágil y muy cara de mantener. En otras palabras, es mejor sentirnos aceptados, que poner límites. Preferimos enfermarnos antes que permitir que otros piensen que soy una mala persona (entonces acepto el que abusen de mi). Tenemos tanto miedo al rechazo que el miedo a ofender se vuelve más grande que el miedo al dolor y nos ponemos en situaciones de riesgo a nosotros mismos o incluso a nuestros seres queridos. Por ejemplo, sigo con una pareja tóxica porque mis padres no aceptarían saberme divorciada. Tengo tanto miedo que mis hijos me rechacen, que prefiero prestarles el coche para ir a una fiesta de noche donde sé que habrá alcohol.
Pero no todo está en saber qué es la manipulación. Es importante conocer los tipos de manipuladores a los que nos podemos enfrentar en la vida para identificarlos a tiempo y poner límites evitando caer en sus trampas. ¿Con cuál es con el que más te enfrentas?
Hay 4 tipos principales de manipuladores:
EL QUE AMENAZA:- ¡Qué gacho…vas a ver!, pero no vuelvas a contar conmigo. Si te divorcias de mí no volverás a ver a los niños. Si vuelves a llegar tarde…¡despídete de mí! Si te casas con esa mujer te desheredo, te dejo de hablar, no me volverás a ver.
EL QUE SE CASTIGA: Si no vienes me deprimiré, Si no me ayudas me correrán del trabajo. Si me dejas me mato…
EL ETERNO SUFRIENTE: Nunca vienes a verme. No te importa tu madre. Nomás no me alivio. No quiero nada de la vida. Llevo tanto tiempo sin encontrar trabajo. Ya me acostumbré a estar solo. Nadie me “pela”. Si vieras lo enferma que he estado. Estoy tan mal sin ti.
EL TORTURADOR: Si me ayudas te prometo que voy contigo a donde me pediste que te acompañara. Te la pondré más fácil si haces esto que te pido…., Cuando termines hablamos de tu bono. Te apoyaré en lo que necesitas si tú haces esto que necesito que hagas. Haz aquello y tendrás tu recompensa.
Como puedes ver, la manipulación tiene diferentes disfraces, pero todos tienen un toque de victimización. Y no se trata de desenmascarar al enemigo, porque si los enfrentas nunca lo aceptarán. La mejor manera de darle next! a la manipulación empieza contigo mismo: debes dejar de manipular. Cuando uno mismo deja de manipular, entonces en automático dejamos de permitir que nos manipulen a nosotros y nos es más fácil detectar esta estrategia tóxica. Así que el buen juez empieza por su casa.
Reflexiona cómo son tus peticiones, cómo son tus reacciones cuando alguien no accede a lo que les solicitas, ¿te enojas con ellos, dices cosas para que se sientan mal por no haber accedido o simplemente aceptas de buena gana que no siempre las personas pueden estar disponibles? Hoy es un buen día para darle next! a la manipulación y desarrollar relaciones emocionalmente saludables.
Es hora de vivir y dejar vivir. Nadie es de nuestra propiedad y cada persona merece ser respetada en sus decisiones, nos guste o no.
Si deseas desarrollar relaciones saludables libres de manipulación, adquiere mi libro Dale Next! y sígueme en mis redes sociales FB:Monica Venegas Independencia Emocional, Twitter@Monica Venegas, Youtube: Monica Venegas Next. Hasta la próxima amigos, y mientras tanto atrévete a vivir una vida sin limites!