Hola amigos, espero estén muy bien, de nuevo les comparto una reflexión sobre lo que he leído esta semana; en la fanpage “Motivación liderazgo y autoayuda” MLA, vi una imagen que decía: ¿para qué dar segundas oportunidades, cuando hay personas que se mueren porque les des la primera?
Esa frase contrasta con la mejor definición de amor que he encontrado, amor es perdonar y volver a confiar que no volverá a suceder.
Mi pregunta para ti es ¿jamás te has equivocado? La respuesta es: claro que sí y miles de veces sin embargo para cada una de ellas encontraras una justificación, una razón que justifique tu comportamiento y lo minimizara comparándolo con las fallas de los demás; lo mismo sucede con las demás personas.
De buenas intenciones está lleno el mundo. Los villanos de las películas que sólo buscan hacer el mal a los demás son muy raros, entonces ¿Por qué buscamos rodearnos de santos? ¿Por qué exigimos a las personas que están con nosotros que no fallen? Que sean perfectos, y cuando fallan los perdonamos como si nosotros nunca hubiéramos fallado y somos personas muy buenas al dar otras oportunidades y desconfiamos todo el tiempo poniendo a prueba a la persona.
Aunque no soy psicólogo, por mis conferencias o videos tengo contacto con muchas personas, y muchas personas me manifiestan lo decepcionados que están no de una persona, sino de muchas, porque siempre les fallan y ellos no.
¿Pero quién dijo que no se puede fallar? ¿quién dijo que todo tiene que ser perfecto? Y eso va en todos los aspectos de la vida. En tono de broma en mis conferencias comento que cuando un emprendedor fracasa o un empresario quiebra es como si lo hubiera chupado la bruja, nadie quiere estar cerca de él, ni hacer negocios con él, porque es como si el fracaso se pegara.
Los mexicanos queremos todo a prueba de errores: que los negocios salgan a la primera, que las personas nunca nos fallen, que todo sea perfecto y la más grande frustración es “que nada es perfecto”.
La humanidad y los mexicanos necesitamos segundas oportunidades, terceras y cuartas, no es que fallemos a propósito, las intenciones siempre deben ser las mejores, crecer, superarnos, sin embargo no debemos frustrarnos cuando las cosas no salen bien y fallamos o nos fallan, cuando menos en lo que a negocios se refiere, mientras más falles más cerca estarás del éxito, tal vez con el resto de la vida es similar, vamos aprendiendo, superándonos, re acomodándonos hasta encontrar una combinación con la que funcionemos.
Así que permítete fallar y permite que los demás fallen, ya lo dije al comienzo de este escrito, el amor es simplemente perdonar y volver a confiar en que no volverá a suceder.