A lo largo de los años el rol del padre ha tenido un papel fundamental, pero ese rol también ha cambiado, ha evolucionado; de ser aquella figura que en muchas ocasiones solo se veía como proveedor y figura autoritaria, ahora muchos padres felizmente realizan una paternidad activa y comprometida esto significa que se involucran y participan en la crianza, el cuidado y las tareas domesticas.
Ambas figuras tanto la paterna como la materna cumplen una función en el desarrollo, dar cariño, protección, cuidados, educación cada uno desde su lugar le aportará a sus hijos perspectivas diferentes del mundo. Se han roto prejuicios o paradigmas en donde los hombres se alejaban o rechazaban todo aquellos que parecía estar destinado al rol femenino y no se involucraban en la crianza (siempre aclaro NO TODOS, nunca podremos generalizar en estos temas) pero si la figura paterna solía ser vista como más distante, poco cercana o se solía dar más con los hijos varones. La buena noticia es que eso HA CAMBIADO y si utilizamos una palabra que mejor se ajuste ha EVOLUCIONADO.
Cuando un hombre tiene presencia consistente desde los primeros meses, los niños aprenden a conocerlo mejor y se da esta relación de respeto y cercanía, no aquel personaje distante, que solo trabajaba y llegaba cansado, o tenía que asumir ese rol de autoridad que resolvía los problemas otorgándole a este un lugar más distante y poco empático.
Del padre aprendemos:
-A relacionarnos con la sociedad: es el primer modelo de hombre que tienen los hij@s, sobre todo en las hijas puede ser un factor fundamental en la formación de opiniones y de relacionarse con el sexo opuesto.
-Mayor autonomía y ser cooperativos
-Juega un papel importante en la creación de identidad, de pertenecer a una familia y en la sociedad
-Más directos y francos a la hora de dialogar
-Sitúan más en la realidad.
-Proporcionan equilibrio emocional por ello deben de trabajar en la afectividad y negociación
-Generan Motivación
-Suelen jugar diferente a mamá
-Generan una sensación de protección y así se aprenden conductas de autocuidado
-Objetividad ante los propios errores (no justifica tanto)
-No resolverá los problemas por sus hij@s los enfrentará más a ellos, no busca hacerles la vida más fácil si no tratar de enseñarlos a enfrentarse a ella
-Capacidad de conservar lazos significativos
– Mayor confianza y dan la oportunidad en los hij@s de ser más tolerantes en eventos estresantes y adaptación al mundo que les rodea.
Incluso hay estudios que revelan que a los 3 años, la comunicación entre padre/hij@ es más significativa en el desarrollo del lenguaje y que muchos padres son más propensos a utilizar vocabulario nuevo en los niños pequeño; así como también estudios han demostrado que los padres que se involucran más en la crianza de los hijos tienen mejor salud mental, y en la adolescencia se refleja en con menos conducta de riesgo y de depresión.
Es importante que comprendamos que cada miembro de la familia juega un rol importante y como madres debemos dejar que el Padre juegue el suyo, hoy muchos padres (imposible decir todos) han comprendido que cuidar a la familia implica más que solo ser el proveedor, si no que hay que interactuar, convivir cooperar y desarrollar ese respeto no solo por el papel que toca si no por que es necesario.
Todo esto es beneficioso para los niños ya que crecen en una familia en la que todos los miembros cooperan, que las tareas se reparten y logrará generaciones más equitativas, sin creer que se hace por ayudar a la mamá si no por que forma parte de la paternidad.
Alicia Rábago en redes sociales:
Facebook: Alicia Rábago
Twitter: @AliciaRabago
Instagram: @educalosparaquelosdemas
Yotube: Alicia Rábago