Un pequeño error que cometió otro y que a la vez te beneficia podría convertirse en una gran tragedia si no actúas con honestidad, las deshonestidades pequeñas dañan a la empresa más de lo que te imaginas.
Supongamos que eres dueño de una empresa que fabrica y vende tornillos, y en algún momento de las actividades el proveedor que te proporciona los materiales para la fábrica de tornillos comete un error y sin darse cuenta te da más materia prima por un costo menor. Tus colaboradores saben del error, pero esperan a que des la orden. Existen dos posibilidades, la «A» y la «B».
La primera posibilidad (A) es aceptar el error como una ventaja empresarial, al fin y al cabo nadie se dio cuenta y existe la posibilidad de ganar más dinero. 1) Lo que no sabes es que si eliges esta opción le enseñas a tus empleados a ser deshonestos y callar, de esta manera cuando ellos tengan la oportunidad y tú cometas un error del cual ellos salgan beneficiados también guardarán silencio; 2) tu proveedor podría darse cuenta del error, y eso es lo más seguro, ¿qué clase empresa no hace conteos de su mercancía y sus ganancias? Al ser deshonesto podrías perder a un gran aliado, y tendrías que buscar oportunidades con otros proveedores, y quizá eso te resulte más costoso; 3) Podrías meterte en problemas legales, te pueden acusar de robo y puedes llegar a la cárcel.
En cuanto a la segunda posibilidad (B), demuestras a tus empleados que la empresa se rige por valores, a la larga tu compañía generará más dinero, pues tus proveedores y clientes identificarán tu empresa como una de confianza, seria y comprometida. 1) Tus empleados aprenderán a adoptar y/o respetar los valores de la empresa; 2) Tus proveedores y clientes identificarán las cualidades de los directivos de la empresa y posiblemente la recomienden con otros posibles clientes; 3) Tu honestidad y buen control de las actividades te respaldan como un empresario que te conduce con honestidad y de acuerdo a la ley.
Conclusión: Muchos emprendedores exigen a sus trabajadores valores como la productividad y eficacia, y son valores buenos. Pero hay otros valores que forman parte del cimiento de una empresa exitosa, son el respeto, la justicia y la honestidad.