Conozco a muchas personas que al terminar o salir de una relación, no importa si duraron cuatro meses o 10 años, se dan el lujo de sentirse mal por meses y hasta por más tiempo, o bien empiezan y terminan amoríos como si se tratara del intermedio entre un programa de tv y otro que sigue 2 minutos después. Este tipo de comportamiento sucede más frecuentemente de lo que puedes pensar, y parece como si debieran ir como almas en pena por la vida, con cara de congoja para que todo aquel que se cruce en su camino se dé cuenta de ello; aunque debo decirte que sinceramente no te harás la vida más fácil haciendo esto y, en cambio, sí dejarás atrás posibles oportunidades que tengas, para entablar un noviazgo que valga la pena.
Es cierto que no debes iniciar un nuevo romance en el momento que recién acabas de terminar con una persona, o bien empezar un idilio teniendo otro, pues eso no te da tiempo de pensar ni ser coherente en tus sentimientos; pongámoslo así, imagina que estás comiendo un rico postre y, justo antes de que lo termines, te llevas a la boca dos bocados con carne y ensalada, ¿suena espantoso no?, incluso se escucha desagradable y completamente fuera de lugar. Pues bien, más o menos así pasa cuando estás con alguien y comienzas de manera repentina con otra persona, y de igual manera cuando vas brincando de pareja en pareja sin tener tiempo para lograr estabilizarte a ti mismo, por lo que todo te parecerá una nube de color rosa; solo que esta nube está en tu mente y no es real, dado que no has aterrizado lo que te sucedió y entonces vives en el mundo que tú consideras es el más satisfactorio, pleno y cómodo para ti, lo cual significa no asomar la nariz fuera de tu zona de confort y eso hace las cosas más difíciles, no tienes tiempo ni espacio para reflexionar o para ver de cerca eso que llamamos errores y, por lo tanto, no eres ni medio centímetro crítico de ti mismo, o bien objetivo. De esta manera evades la realidad olímpicamente y también te lavas las manos, pues si estás en el tema de estar llorando una relación anterior, te escudas en que fuiste víctima del amor y la mala pasada que un individuo malo le hizo a tu inocente corazón; entonces caes en el absurdo de tirarte el piso para que te levanten, o bien, vas de flor en flor y como las abejas tu cronómetro se acelera para hacer la recolección de la miel y tener un gran panal.
Ante tales circustancias, como lo mencioné anteriormente, tómate un respiro, trata de pasar contigo mismo más allá de una semana sin que te inquietes ni pases por momentos de inestabilidad; observa a tu alrededor y sé coherente, evalúa tus acciones y empieza por poner tus prioridades en la mesa; es decir, qué sientes al tener un poco de espacio para ti, cuáles son tus opciones reales y la mejor manera de vivir este momento de tu vida, sin que generes necesidades que surgen en tu pensamiento y no en tu corazón. Recuerda que eres capaz de cambiar tu existencia en la medida que estés viviendo en el aquí y en el ahora, sin desear experimentar algo diferente a lo que son tus actividades cotidianas; o sea, si deseas hacer un viaje trata de ahorrar y hazte las siguientes preguntas: ¿cuál es tu presupuesto?, ¿a dónde quieres ir?; con ello sabrás que dirección tomar y que esto lo puedes hacer sin que evadas tus responsalibidades diarias y quieras salir corriendo solo para no tener que enfrentar tu realildad; a eso me refiero cuando te digo que sin desear algo diferente, pues se vale que quieras y desees muchas cosas, pero también que logres llevar a cabo tus responsabilidades para poder llegar a tu meta.
De esta forma estarás más confiado en tu vida personal, sabrás darle calidad a las relaciones que surjan en tu vida, y tendrás la oportunidad de ser más practico y resuelto en tu cotidianidad. Recuerda que no estar en un compromiso con alguien más es también que tengas uno muy pleno contigo mismo, y que el día que alguien se asome por tu puerta, serás capaz de elegir desde el gusto y el deseo de compartir y no desde la necesidad.
Que tengas una bendecida semana.
Georgette Rivera
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