«Mi madre me contó que yo lloré en su vientre.
A ella le dijeron: tendrá suerte.
Alguien me hablo todos los días de mi vida al oído,
Despacio, lentamente. Me dijo:
¡Vive,vive,vive¡ Era la muerte. » Jaime Sabines
Es bien sabido que en ningún otro país el tema de la muerte es parte del folklore y arte popular como lo es en México, calaveras de chocolate, dulces de amaranto, azúcar y un sin fin de objetos que desde las calabazas en tacha y el pan de muerto, hasta el papel picado y los huacales dan un significado distinto a esta conmemoración. Esto no quiere decir que por tal motivo no le demos el sentido de respeto del que esta celebración conlleva, por el contrario, el Día de Muertos es toda una tradición en la que familias enteras se dan a la tarea de seguir transmitiendo de generación en generación el origen de honrar a los difuntos el 2 de noviembre, que coincide con la celebración católica de los del Día de los Fieles Difuntos.
Nuestros antepasados Aztecas, Mayas, Totonacas, Purépechas y Nahuas ya lo celebraban; sin embargo, hasta nuestros días, la celebración de esta festividad ha ido evolucionando, ya que en época prehispánica conservaban los cráneos como presea y los exhibían en rituales de vida y renacimiento.
Este festejo se llevaba a cabo durante un mes, en el mes noveno del calendario solar azteca, El Dios Mictecacihuatl presidía esta conmemoración y se le conocía como la «Dama de la Muerte» quien hasta nuestros días conocemos como La Catrina.
Posteriormente en el siglo XV al llegar los conquistadores españoles, quedaron horrorizados con las prácticas paganas de nuestros ancestros indígenas y al querer evangelizarlos cambiaron la fecha del festejo hacia el inicio del mes de noviembre y que estuviera a la par con las festividades católicas del Día de todos los Santos y los Fieles Difuntos. Cabe mencionar que el ritual pagano del Samhaim es el día en que los celtas hacían el banquete de muertos, este ritual celta proviene de las comunidades del noroeste de España y estos mismos las combinaron con el Halloween.
Después de un poquito de historia, debemos estar orgullosos de la manera en que agasajamos a nuestros muertos, hacemos una fiesta de ello y hoy en día aún con la mercadotecnia que envuelve las artes y oficios, la muerte es una vida que viene, cuando tú eres ella no es, cuando ella es, tú ya no eres.