Probablemente ya has visto sus videos en más de una ocasión en YouTube o a través de las redes sociales. Pero más que ver sólo un fragmento, nos parece importante traerte la historia completa de éste padre amoroso.
Dick Hoyt es un teniente retirado de la Fuerza Armada de los Estados Unidos en la Guardia Nacional Aérea. Pero su fama ha crecido en redes sociales por participar en maratones, triatlones y otro tipo de competiciones llevando consigo a su hijo Rick Hoyt, quien sufre de parálisis cerebral de nacimiento. Su cordón umbilical se enredó en su cuello y eso hizo que le llegara poco oxígeno.
El inicio de ésta maravillosa historia la podemos ver en su página web, en donde el propio padre narra cómo comenzó a correr junto con su hijo Rick. Dick nació el 1 de julio de 1940, su hijo Rick el 10 de enero de 1962.
Desde el momento en que nació, los médicos decían que la mejor opción era internar al muchacho, pues viviría como un vegetal, pero los padres decidieron tratarlo como un niño normal.
A los 11 años de edad lo llevaron con algunos especialistas del departamento de Ingeniería de la Universidad Tufts, para saber cuáles eran sus probabilidades de poder comunicarse. Los investigadores pidieron a los padres que contaran un chiste y vieron que Rick reía, entonces se dijeron que podían hacer algo. Así diseñaron un sistema computarizado para que el niño pudiera comunicarse con el movimiento de su cabeza, la única parte del cuerpo que podía mover, y así elegir letras y escribir palabras.
La primavera de 1977, Rick le dijo a su padre que quería participar en una carrera de 5 millas para beneficio de un jugador de lacrosse, un colega de la escuela, que había quedado paralizado por un accidente. El joven deseaba colaborar y demostrarle a su compañero accidentado que la vida puede continuar.
Dick no quiso reprimir el deseo de su hijo y decidió competir con él empujando su silla de ruedas. Aquél día consiguió realizar la carrera completa, llegando en penúltimo lugar. El padre se sintió muy adolorido de todo el cuerpo, pues aunque corría regularmente, no estaba acostumbrado a tanto ejercicio. Al cruzar la línea de llegada, relata el padre, “Rick tenía dibujada en su rostro la sonrisa más bella que he visto en mi vida”. Esa noche su hijo le dijo: “Papá, cuando estoy corriendo, siento que no estoy incapacitado”.
A partir de ese momento Dick comenzó a participar, junto con su hijo, en maratones, triatlones y otras competencias deportivas.
El cariño mostrado por sus padres motivaron a Rick y lo ayudaron a ver la vida desde otra perspectiva, terminó un grado académico de la Universidad de Boston en Educación especial y ahora trabaja en el Colegio de Boston. Actualmente los dos son conferencistas motivacionales.
Hoy en día es toda una tradición ver al equipo Hoyt en las competiciones deportivas de Estados Unidos, en el portal TeamHoyt se publican noticias de las actividades que realizan y anuncios de los próximos eventos. El mensaje que ellos pretenden mostrar es que no hay obstáculos para quien realmente desea hacer algo: “Sí se puede”.