Poliamor, swingers, amigos con derechos, relación abierta, cada uno en su casa y Dios en la de todos. ¡Qué barbaridad! Si la tía Angustias viviera estaría feliz de ser la solterona con mucha honra que era sin tener que cuestionarse a qué tipo de riesgo le entraba. Y todos tenemos derecho a experimentar los caminos que elijamos si todo esto nos generara una sociedad feliz, sin embargo, eso no está pasando.
¿Qué pasó con esas parejas eternas que juraban “hasta que la muerte nos separe”? ¿Qué pasó con esos noviazgos virginales de 10 años devotos el uno del otro? ¿Qué pasó con algo llamado Fidelidad? Sí, esa palabrita que tanto se les atora a los novios en el altar cuando tienen que jurarlo frente a frente. ¿Qué ha pasado con los hogares donde los padres viven juntos y felices? porque hay algunos que viven juntos y aventándose los platos o agarrándose a hijazos.
¿Qué hemos hecho con las relaciones de Amor? Estos tiempos para amar están muy complicados. Hemos encontrado formas de justificar nuestras acciones, como que los humanos no somos monógamos por naturaleza, que la vida dura mucho más que antes y “hasta que la muerte nos separe” es una sentencia muy larga, que para qué hacer feliz a uno si puedo hacer felices a muchos y así una larga lista de razones.
Parece que el amor (con minúsculas) está en oferta. Hay niños están empezando su vida sexual a los 13 años o antes. Embarazos infantiles y matrices caídas (es real) de niñas con actividad sexual frecuente. Sexting y sexo oral cada vez más común en las secundarias. Vender el cuerpo por una salida a bailar o por un café de Starbucks….
Violencia física y psicológica en los noviazgos. Feminicidios cada vez mas frecuentes en manos de la pareja, divorcios a la alza, segundos y terceros matrimonios con la dosis de hijos que se van sumando. Relaciones extramaritales en las oficinas y los hoteles cercanos a las oficinas. Pederastía, trata de personas, esclavitud, violaciones, acoso sexual. Amores de Facebook, Instagram y Whatsapp sin cercanía de almas.
¿Qué pasa con el amor? Qué pasa con el compromiso y el cuidar del otro. La vida nos está cobrando un precio muy alto por dedicar tanto tiempo al trabajo, al consumo, a sobrevivir económicamente, al estrés, al vacío del alma que tratamos de llenar con actividades y ruido. Mucho ruido externo.
El amor empieza en ti y baja en cascada a las personas que amas. Un vínculo, una relación cualquiera que sea, lleva un compromiso inherente. El compromiso es tu palabra, son tus actos y tus intenciones. El manejo de tus relaciones habla de la calidad de ser humano que eres. Tenemos todo el derecho a buscar cómo nos relacionamos y con quien o con quienes, pero no se vale ir lastimando la integridad personal y la integridad de los demás, y acumular vacíos en nuestra alma. El amor es un platillo que lleva su tiempo crear y madurar. El alma se llena y se eleva con el amor verdadero e incondicional. Ese que se maneja a niveles superiores. Ese que involucra el cuerpo, la mente, el espíritu y así se llena el alma.
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